martes, 30 de marzo de 2010

OCTAVO CAPÍTULO

OCTAVO CAPÍTULO DRAMATURGIA

SIGAMOS ADELANTE:

3.- EL DIÁLOGO TEATRAL DEBE ADELANTAR LA ACCIÓN
Esta característica del diálogo es quizás la más difícil de entender. La primera vez que yo lo oí en clase de Hugo Argüelles pensé que era contar lo que va a suceder después, hasta que pasó mucho tiempo entendí de lo que se trataba. La dificultad viene de la palabra acción. El teatro es acción, la palabra drama quiere decir acción. Acción en teatro son los cambios que se presentan en la historia o en los personajes a partir de instalarse un conflicto. Adelantar la acción es conocer paso a paso como se va dando ese conflicto y los cambios que origina. Cada vez que hable alguno de los personajes vamos a saber un poco más de la historia, del conflicto o de él mismo. Eso es adelantar la acción. Imaginen que la acción es un ferrocarril. Este deberá cruzar el escenario. Primero aparecerá la máquina, después irán apareciendo vagones de carga, de pasajeros, el carro comedor, los carros pulman y por último el cabús. La acción empieza con la máquina, después vamos viendo cada uno de los carros, su color, su altura, lo que se ve a través de la ventana, siempre será algo distinto pero siempre formando parte de la unidad.

¿No quedó claro? Sospecho que no. Les daré otro ejemplo, este más sencillo: Juan y Estela se encuentran, se gustan, ella le coquetea, Juan se acerca y le pregunta la hora, ella dice que las ocho de la noche, platican, él la invita a un café, en la cafetería se enteran que los dos estudian la misma carrera, Juan para festejar esto la invita a bailar, ella acepta, bailan primero separados y después muy juntos, él la besa, a la salida le dice que quiere estar a solas con ella, van a un hotel, se aman, ella queda embarazada, él no acepta la paternidad, dice que no es el único hombre que se ha acostado con ella, Estela jura que era virgen, él se burla de ella. Estela desesperada lo mata y después se mata a si misma.....Un clásico melodrama del cine nacional de hace unos cuantos años. Cada escena va a adelantar la acción, en cada una de ellas nos enteramos de algo nuevo. Podrían haber quedado como amigos después de tomar el café y que no sucediera nada más.

En este momento ustedes deben inventar una historia como ésta; díganla de pie, cada vez que suceda algo caminen un paso. Verán como adelantan.

Más ejemplos para que quede claro. Ejemplos de textos teatrales. En el primero los hombres se indignan por el abuso que hacen de ellos sus esposas.



ANTONIO.- (A Pedro) ¿Traes la laniza?

PEDRO.- No, dijeron que no.

JACINTO.- Eso no es posible, cómo carajos...

PEDRO.- Se encabronaron por lo de la jarra y los gritos.

JACINTO.- Esto ya llegó al límite de lo aceptable. ¿Qué quieren de nosotros? ¿No les basta conque hagamos la casa, que vayamos al mercado, que seamos sus choferes? En fin, todo.

ANTONIO.- Te faltó decir que les damos nuestro sueldo íntegro. Bueno, Jacinto y yo.

PEDRO.- Yo trabajo de otra forma.

ANTONIO.- Esto nos pasa por dejados, les dimos la mano y se tomaron el pie.

PEDRO- Tenemos que hacer algo, lo único que les falta es que nos peguen.

ANTONIO.- Eso de que les falta...

PEDRO.- ¿Te han...?

ANTONIO.- Sí.

PEDRO.- ¿Y tú te has dejado?

ANTONIO.- Son dos contra uno.

PEDRO.- Esto es anticonstitucional.

JACINTO.- Lo que es a mí ya no me la vuelven a hacer. ¡Esto se acabó! De hoy en adelante...

ANTONIO.- Durante siglos el hombre dominó a la mujer, ¿qué ha sucedido con nosotros?

(EL PODER DE LOS HOMBRES, de Tomás Urtusástegui)



Pondré otro ejemplo para que no quede ninguna duda: Dos niños recorren un sótano de un edificio de Tlatelolco después de la matanza de 1968.



REY.- Por aquí. Ven.

REYNA.- ¿Oíste?

REY.- ¿Qué?

REYNA.- Ruidos. ¿Qué sería? Uy, todo esto está lleno de polvo.

REY.- Es que hace mucho que todo está abandonado.

REYNA.- Cuántas telarañas hay por aquí.

REY.- Ya...En todas partes hay telarañas.

REYNA.- Pero aquí hay mucho más. Mira. Algo se movió por allá. ¿Sería un ratón? Ay, Rey. Mejor no hubiéramos venido.

REY.- Ya...Cómo mueles.

REYNA.- Pudimos ir mejor al cine, pero todo por tu famosa colección de casquillos. Ay, mira. Ya me manché la blusa.

REY.- Tú querías venir conmigo.

REYNA.- Yo te dije que como tú quisieras. Y tú me trajiste.

REY.- Ayúdame a buscar en el suelo. Por aquí dispararon muchos tiros y debe estar lleno de casquillos.

REYNA.- Tú cómo sabes. ¿Quién te lo dijo?

REY.- Tengo un amigo que tú no conoces. El sabe muchas cosas. A veces me regala un cigarro y me deja ver sus revistas. El me ha dicho que el relajo duró casi dos días. Que los disparos seguían oyéndose después...sin parar...rebotando en los edificios. Ven. Vamos a buscar por allá.

(LA FÁBRICA DE JUGUETES, de Jesús González Dávila)

Un ejemplo más:



MAOLÍN.- No te rías. Fabatán es vengativo.

SIRAL.- Y por tus preocupaciones infundadas se te olvidó el día de hoy enviar las pequeñas nubes que colocas sobre los picos nevados de Suiza. ¿Qué van a dibujar los pintores y qué van a retratar los fotógrafos? Contesta. No hay que ser inconsecuentes con ellos.

MAOLÍN.- Mañana las mandaré.

SIRAL.- No, las mandas hoy mismo, nada de hacer esperar a los demás.

MAOLÍN.- Está bien, tú ganas como siempre; en un momento enviaré unos cuantos cirros. ¿Estás de acuerdo?



EL FABRICANTE DE NUBES de Tomás Urtusástegui



Tan importante como conocer las características del diálogo teatral es saber los errores en que se puede caer. El usar equivocadamente el color o el carácter nos llevarán a no aceptar al personaje. Si en lugar de adelantar la acción la detenemos- DETENER LA ACCIÓN- se pierde el ritmo y sobre todo el interés del público. Se detiene la acción por varios motivos.

1.- Didácticos: Cuando el autor escribe de más o se sale de la acción para informarnos algo que considera importante pero que no tiene nada que ver con la obra. Esto sucede sobre todo cuando se tiene una intención didáctica. Por medio del teatro muchos autores nos quieren explicar desde cómo limpiarnos correctamente los dientes a cualquier tesis filosófica pasando por las matemáticas o la geografía.

2.- Placenteros: Cuando uno empieza a escribir teatro y pone a dialogar a sus personajes y estos lo logran, uno se entusiasma y sigue escribe y escribe para que ellos sigan hablando. Aplicando color mexicano decimos que nos picamos.

3.- Presunción: En otras ocasiones queremos demostrar nuestra erudición y llenamos nuestro texto de datos o de citas que no sirven a la acción de la obra.

Pondré un ejemplo burdo. Dos banqueros pelean porque uno de ellos se siente estafado. Esto es interesante. El primero, cuando se refiere al banco, donde fue la estafa, empieza a platicarnos de las posibilidades bancarias, de los intereses a un año, a dos, de las tazas, de los bonos financiables, del tanto por ciento, del IVA, de la tarjeta de ahorros, etc. etc. Con esta explicación detiene la acción y el público empieza a pensar en otras cosas y a moverse en su asiento. A él le interesa si un banquero va a meter al otro a la cárcel o le va a dar un balazo y no los porcentajes de interés bancario. Una muestra teatral de este defecto:



MANUEL.- Yo creo que lo malo es que no se hable. Porque, por no hablar, se fomentan complejos, antipatías y hasta rencores injustificados. Todavía hay muchos blancos que por el solo hecho de serlo se consideran superiores, y muchos prietos que se sienten deprimidos, avergonzados o resentidos.

DON RICARDO.- (Habla en tono doctoral) Eso sucede, porque la cuestión tiene de todos modos más importancia de la que queremos darle. El color de nuestra piel es siempre indicio del mayor o menor grado de la mezcla de la sangre. Y no porque ninguna de las razas que han entrado en la mezcla sea humanamente superior a la otra; pero no hay que olvidar de los desastrosos resultados que produce a veces el choque de las sangres. Precisamente hace un rato leía yo en este libro la carta que escribió a Felipe II el Virrey de Velazco, unos años después de la Conquista, cuando los primeros mestizos comenzaban a crecer y multiplicarse. (Toma el libro, busca la página) Sí, aquí está. (Leyendo) “Los mestizos aumentan tan rápidamente y muestran tan malas inclinaciones, tienen tal atrevimiento para la maldad, que son ellos, y no los negros, a quienes debe temerse".

(EL COLOR DE NUESTRA PIEL, de Celestino Gorostiza)



Párrafos adelante nos describe este mismo autor todas las posibilidades de cruza y los resultados de ella: albinos, mulatos, saltapatrás, etc. etc. Toda esta palabrería sirve para decir solamente que la hija anda con un prieto y eso a él no le gusta.



CRISPÍN.- He aquí el tinglado de la antigua farsa, la que alivió en posadas aldeanas el cansancio de los trajinantes, la que embobó en las plazas de humildes lugares a los simples villanos, la que juntó en ciudades populosas a los más variados concursos, como en París sobre el Puente Nuevo cuando Tabarín desde su tablado de feria solicitaba la atención a todo transeúnte, desde el espetado doctor que detiene un momento su docta cabalgadura para desarrugar por un instante la frente, siempre cargada de graves pensamientos, al escuchar algún donaire de la alegre farsa, hasta el pícaro hampón, que allí divierte sus ocios horas y horas, engañando al hambre con la risa; y el prelado y la dama de calidad, y el gran señor desde sus carrozas, como la moza alegre y el soldado, y el mercader y el estudiante. Gente de toda condición, que en ningún otro lugar se hubiera reunido, comunicábase allí su regocijo, que muchas veces, más que la farsa, reía el grave de ver al risueño, y el sabio al bobo y los pobretes de ver reír a los grandes señores, ceñudos de ordinario y los grandes de ver reír a los pobretes, tranquilizada su conciencia con pensar: ¡también los pobres ríen!

Y sigue otras tres cuartillas más para explicarnos el inicio de la obra.



LOS INTERESES CREADOS de Jacinto Benavente.



4.- DE PREFERENCIA EL DIÁLOGO TEATRAL DEBE SER SINTÉTICO
El teatro es de por sí una síntesis. El diálogo lo debe ser también, en especial en la época moderna donde ya no se admiten las grandes parrafadas. En tiempos pasados la gente podía asistir al teatro y permanecer en él tres a cuatro horas. Hoy es diferente.

Por otra parte al hacerse el diálogo sintético se gana enormemente en intensidad e interés pues se quita toda la paja con que antes adornaban cualquier texto dramático. El texto teatral anterior nos muestra ése antes, ése llenar de paja. Ahora bien, si un personaje necesita hablar mucho que lo haga, por eso puse “de preferencia” en este capítulo. El texto moderno puede ser como el que sigue:



CARMEN.- No tiene caso.

TILA.- Sería como...una despedida. ¡Eso es! ¡Una oportunidad más para que el joven regrese!

CARMEN.- No vendrá, nana. No vendrá.

TILA.- Vendrá.

CARMEN.- ¡Qué no!

TILA.- ¡Vendrá!

CARMEN.- ¡Es imposible!

TILA.- Usted no puede estar segura.

CARMEN.-¡ Tú tampoco!

TILA.- Yo sí.

CARMEN.- ¿Como?

TILA.- Es la última vez.

CARMEN.- ¿Y eso qué?

TILA.- Si realmente la quiere...es una oportunidad...para comprobarlo.

CARMEN.- El siempre lo dijo.

TILA.- Pero los años pasan.

CARMEN.- ¿Y si no es cierto?

TILA.- ¡Es!

(JUEGOS FATUOS, de Carlos Olmos)



Si escribiera Olmos como se hacía a principios de siglo probablemente su diálogo sería así:

CARMEN.- No tiene caso. Yo ya estoy preparada para todo esto, no en balde me he pasado semanas y meses enteros tratando...

TILA.- Sería como...una despedida. ¡Eso es! ¡Una oportunidad más para que el joven regrese!

CARMEN.- No vendrá, nana. No vendrá. Qué más quisiera que poder equivocarme, pero no, lo conozco perfectamente, no es la primera vez que actúa de esta manera ni será la última. Cuánto me arrepiento ahora de haber creído en él, de haber confiado en sus palabras. Todo era mentira.



Y etcétera, etcétera, etcétera.

Comparen ese diálogo de Olmos con el monólogo siguiente:



DON PEDRO.- (Se sienta junto a la mesa, tomando la carta) ¡Pobre don Eduardo!... ¿Quizá pida respuesta? ¡Qué disparate! Lo que pedirá será lo que yo no lo puedo otorgar...que hable a Matilde....que me empeñe...que la obligue...cosas imposibles... ¿Dónde habré puesto las antiparras? Cosas que no pueden hacerse sin ruidos...ya las encontraré...veamos sin embargo. (Lee) “Señor Don Pedro de Lara, etc. etc. ¡Nada de lo que usted me escribe me ha sorprendido y yo ya estaba preparado para semejante fallo! Mas vale así, porque unas calabazas exabrupto son difíciles de digerir..." lo que si me ha llenado de satisfacción y de gratitud hacia usted son las finas expresiones con que se sirve manifestarme lo que siente este desenlace..." y siendo aquéllas, en mi concepto, sinceras, me animan por lo mismo a solicitar de usted un favor..."Ya apareció el peine..." un favor de que va a depender la felicidad, quizás de su propia hija de usted, y es que cuando me presente otra vez en su casa...me reciba usted de lo peor...( Este monólogo continua dos cuartillas más)

(CONTIGO PAN Y CEBOLLA, de Manuel Eduardo de Gorostiza)

martes, 23 de marzo de 2010

SEPTIMO CAPÍTULO

SEPTIMO CAPÍTULO DRAMATURGIA

¿Pudieron hacer los ejercicios de color? Hagan varios, se van a divertir además de aprender.

Les preguntaré que para qué sirve el color, para que lo inventamos los humanos. Para qué usan palabras tan sofisticadas los médicos o los abogados, palabras tan difíciles los marginados en las ciudades. ¿Me lo puedes ustedes decir o más bien escribir? Háganlo.

El color tiene dos características muy especiales. La primera que nunca es igual para una persona. Nosotros cambiamos de color continuamente según las circunstancias. Si estoy en mi casa uso color familiar. En mi trabajo color profesional. Con mis amigos color social. Durante todo el día vamos cambiando de color. Esto es muy importante al escribir. Un médico no va a usar color profesional si está de fiesta en un burdel o en un bar.

Escribe que colores usas tú normalmente durante las 24 horas y pon ejemplos. Por ejemplo un diálogo con tu pareja y con tus hijos o padres. Diálogo en tu trabajo. Etc.

La segunda esta relacionada con la pregunta inicial: ¿ Para qué sirve?

Sirve básicamente para dos cosas: La primera para pertenecer. Pertenecer a un grupo, a un país, a una corriente ideológica, a una iglesia, a un pueblo, a una familia, a una profesión. El ser humano busca siempre pertenecer a un grupo. Esta es una de las formas en que lo logra. La segunda es apartar a todos los demás de este grupo. Tú eres gallego, yo asturiano. Tú eres abogado, yo médico. Tú eres viejo, yo soy niño. No trates de mezclarte conmigo pues no lo vas a lograr.

¿Queda claro? Si no es así pregúntenme, con gusto contestaré las dudas.

Vamos a la segunda carácterística del diálogo teatral. La primera fue que tiene que tener o dar color. La segunda es que tiene que tener o dar carácter. A diferencia del color, carácter son todos los elementos internos que modifican el lenguaje. Todo lo que yo soy va a modificar lo que digo y como lo digo. Si son introvertido hablaré y me moveré diferente de un extrovertido. Si tengo mucha cultura hablaré diferente del que no la tiene. Si sufro me quejaré, si disfruto la vida lo manifestaré también. ¿Entendieron?

Sigo con Carácter.

2.-- EL DIÁLOGO TEATRAL DEBE TENER O DAR CARÁCTER

Si color es todo lo externo que modifica nuestro lenguaje, carácter es todo lo interno que hace lo mismo. Influirá en ello nuestro modo de ser, de pensar, de sentir. Nuestra psicología en una palabra. Un ser extrovertido hablará y se expresará corporalmente muy diferente de un ser introvertido; una persona depresiva no tendrá el mismo diálogo que una persona eufórica. Nuestras obsesiones, nuestros temores, nuestras fobias, deseos y enfermedades nos obligarán a comunicarnos de una manera particular. Si el color nos agrupó, nos hizo formar parte de una determinada sociedad, el carácter nos va a diferenciar de todos, nos va a transformar en seres únicos. Nadie es igual a otro. Yo soy envidioso y vengativo, en nada me parezco a ti que eres enamorado y veleidoso y mucho menos a Esteban que es todo tímido y acomplejado. “¡ Yo soy como soy y no me parezco a nadie", así dice una canción que cantaba Pedro Infante.

Dar carácter a un personaje es mil veces más difícil que darle color. Para lo primero tenemos que conocerlo muy bien, saber sus mañas, sus gustos, sus miedos, sus antecedentes, sus vicios. Pero no es imposible hacerlo. Ustedes pueden empezar por lo más simple. Hagan dialogar a un ser extrovertido con uno introvertido. De ahí pasen a personajes con rencores, con amarguras, con los pies en la tierra, con seres fantásticos, idealistas, hipocondríacos, superficiales, optimistas, alegres, desesperanzados, crueles, abúlicos. Sigan con cualquiera que ustedes quieran. Piensen, y observen, como habla su tía que es una chismosa o vean a Jeremías que es un libidinoso. ¿Cómo se les ocurre que habla un enamorado, un optimista o mejor aún una persona que está próxima al suicidio? Veamos un ejemplo:

CARLOS.- (Se levanta, interrumpiéndolo) Tampoco tú puedes negar.

VÍCTOR.- Yo no niego, afirmo.

CARLOS- También yo afirmo.

VÍCTOR.- Tú niegas.

CARLOS.- Yo afirmo y tú no podrás negar que espías.

VÍCTOR.-( Descubierto) Yo no espío; observo, eso es todo.

CARLOS.- Vienes aquí todas o casi todas las noches, y nunca antes de hoy has hecho observaciones tan agudas y tan desinteresadas.

VÍCTOR.- No te enfades.

CARLOS.- No me enfado; observo; eso es todo. ( Se sienta)

VÍCTOR.- (Jugando el todo por el todo) Pero esperas a alguien, ¿Verdad?

(EN QUÉ PIENSAS, de Xavier Villaurrutia)

Uno de los personajes es celoso. ¿Está claro, no?

¿Quieren otro ejemplo? Que sea el de un ser vengador.

ADELA.- Estoy clamando venganza y has venido oyendo mi ruego, sé que no hay que tocarte, conozco todas las reglas del más allá. Aquí tienes la sangre de mi hijo sobre las piedras, todavía está caliente. Quiero meter los dedos en los que mataron lo que era mío. Tú, príncipe de las tinieblas, me ayudarás, quiero ahogarlos con mis manos.

POLIDOR.- Adela, soy Polidor, ¿no te acuerdas? Estuve en Sanalona...

ADELA.- Sanalona; allí debí haber iniciado mi venganza antes de que me dejaran sola. Es como si me hubieran robado el tesoro de la divina gracia y me dejaran más miserable y pobre que nunca ¡Ladrones!, ¡ladrones, quiero mi tesoro! Todo me han robado.

POLIDOR.- Ven, vamos a que tomes agua...

ADELA.- ¡No me toques! (Pausa) Esta noche vamos a juntar a todos los coyotes, voy a dejar salir los que traigo dentro y todos van a conocer mi venganza; va a ver venir mi venganza como ven venir los huracanes. Ahogados, ahogados, los quiero ver a todos ahogados, flotando hasta la playa.

(EL JINETE DE LA DIVINA PROVIDENCIA, de Oscar Liera)

Para terminar uno de mujeres chismosas. Lo bueno es que no hay muchas así.

SUSANA.- ¡Cuzcas, eso es, cuzcas! Porque son unas cuzcas, eso sí que sí, a mí no me lo quita nadie de la cabeza.

GUDELIA.- Y tan emperifolladas que bajan, quien las viera.

MARGARA.- ¿Y de dónde sacarán dinero para vestirse?

ELOINA.-¿ De dónde?, pues de los hombres.

JUSTINA.- ¡Eloina! Mira qué boca tienes, vete para allá adentro.

ELOINA.- Yo no me voy.

SUSANA.- ¿Ustedes creen que éstas son horas de irse a trabajar a una oficina?

GUDELIA. ¿A trabajar?...Van a sentarse en las piernas del jefe.

SUSANA.- Claro, y la alcahueta de la tía atrás de ellas.

(LOS SIGNOS DEL ZODIACO, de Sergio Magaña)

En este último ejemplo no solamente vemos el carácter de las viejas también su color. Jamás están divorciados el carácter del color.

lunes, 15 de marzo de 2010

SEXTO CAPÍTULO

SEXTO CAPÍTULO DRAMATURGIA
Cada vez recibo menos trabajos. Los espero.

Continuamos. ¿Quedó claro cómo podemos utilizar los cinco sentidos en una obra de teatro? Hay que practicar todo lo aprendido.
Ahora iniciaremos algo mucho más cercano a todos nosotros los que nos interesamos en el teatro. La palabra, el diálogo. Empezaremos con el diálogo común y corriente, el que practicamos todos los días para a continuación pasar al diálogo teatral. ¿Listos?

DIÁLOGO
Sólo para recordar lo que cualquier persona que estudie algo de comunicación debe saber. Para que exista diálogo debe haber un receptor y un emisor, un canal de comunicación, un mensaje y un lenguaje común. De esto no vamos a hablar más. Pero sí de los defectos más comunes que impiden que el diálogo se dé o que sea útil.

Empezaré con la mala dicción, para seguir con falta de atención de uno de los que dialogan, con los defectos físicos que dificultan el diálogo como pueden ser la sordera, la mudez, la tartamudez, el labio leporino, el paladar hendido, las dislalias y dislexias, los retardos mentales...y esto para nombrar los más conocidos. Otros defectos: el no terminar una idea para seguir con otra y con otra y con otra, el hablar muy rápido, el hablar con muy bajo volumen, los ruidos externos que impiden escuchar, el comerse letras e incluso palabras, el hablar cada uno de un tema diferente al mismo tiempo, el monólogo eterno, el ser repetitivo...y para qué seguir. Lo importante de esto es que estos mismos defectos pueden aparecer en una obra de teatro pero siempre que sea de modo intencional o porque el personaje lo requiere así. De otra forma será un defecto del autor.

Falta decir que puede existir diálogo sin decir palabras. Dos sordomudos se entienden muy bien con señas, dos extranjeros de distinto país también lo pueden hacer así.

DIÁLOGO TEATRAL

El diálogo teatral tiene una serie de características propias que se deben estudiar y después practicar para poder aplicarlas correctamente. Veremos una por una y daremos ejemplos que ilustren cada caso.

1.- EL DIÁLOGO TEATRAL DEBE TENER O DAR COLOR
¿Qué es color? Obviamente no es el rojo o el amarillo. Es al que se refiere la gente cuando dice que fulano de tal tiene un lenguaje muy colorido. El color son todos los elementos externos que van a modificar el lenguaje. El color lo dan las palabras, las frases, la forma de decir esta (el cantadito) y los gestos corporales que las acompañan. En el norte decimos bichi para significar que una persona está desnuda, en Chiapas construyen sus frases diferente a nosotros, dicen por ejemplo “una su casa, un mi rancho”, el cantadito de un yucateco será muy diferente al de un tamaulipeco y por último un italiano gesticulará totalmente diferente a un alemán, o para seguir en países latinos un argentino lo hará diferente a un venezolano.



A) COLOR GEOGRÁFICO. Vamos a hablar distinto los que vivimos en el Distrito Federal que los que viven en Yucatán o en Tamaulipas. Los mexicanos hablamos diferente que los uruguayos o los españoles. En la misma capital de México los habitantes tendrán otro color dependiendo de la colonia en que vivan. Cada uno usará palabras o frases propias, hará gestos distintos, se comerá letras o le dará un ritmo particular a la palabra. Los de Tamaulipas le dirán güercos a los niños, en el D.F. les diremos escuincles o mocosos; los argentinos y los uruguayos dirán che para todo o boludo, los españoles no llenarán de coños o me cago o venga, los de Tepito nos tratarán de mi buen y los de las Lomas de Chapultepec de okeys y baibais. Veamos un diálogo con color uruguayo. Desde este momento vale aclarar que un exceso de color puede hacer incomprensible un texto. El color se debe usar siempre con medida.

CORISTA 6.- No seas chitrula. Si terminás el yiro franeleando con esos paparulos babosos en la primera fila. Sin polenta, y entre el escabio y la falopa no vas a tener mucha paponia.

CORISTA 5.-A la mejor pido demasiado. ¿Qué pensás Delfa del amor?

DELFA.- El amor...es cosa de poetas.

CORISTA 6.- Allá está todo en onda y ordenado. Tenemos a la cana comprada. Yo te cuidaría. Y tenés morfe y alpiste asegurado.

(LA DIVINA PROPORCIÓN, de Roberto Puceiro Ripoll)
Oigamos el color mexicano:
HIJO.- ¿Y cómo es la cárcel?

MELCHOR.- Órale, ahí te hablan

GASPAR.- Mira hijo, es un lugar muy cañón.

HIJO.- ¿Por qué huelen a alcohol ?

GASPAR.- Porque tuvimos que desinfectar las patas de los animales, si no, imagínate como íbamos a dejar tu alfombra.

HIJO.- No digas mentiras, no man...

MELCHOR.- No requetemanches, ¡ me cai que no, el chavito te la creyó ! Y quieres ser el jefe de la manada.

BALTAZAR.- Dile la verdad, la neta nos tomamos un chínguere.

HIJO.- ¿Cómo es un chínguere?

MELCHOR.- ¡Pus los chupes! No te creas, ya estamos viejitos, y luego los escuincles son re manchas, luego se decepciona uno re gacho, me cai, ira, la verdad andamos bien tristes.

(LOS TRES REYES VAGOS, de Hugo Fragoso).

Si el primero, el uruguayo, no lo entendimos, en cambio ellos no podrán entender el nuestro.
¿De dónde es el siguiente diálogo?
CHIRINOS.- ¿No lo adivina vuestra merced? Pues no menos del alcalde y regidores del lugar que, sabedores de nuestra llegada, sin duda quieren asegurarse de cuál intento traemos.

CHANFALLA.- Eso mismo me anunció un alguacil con quien estuve platicando.

CHIRINOS.- Con que ya veis cómo nos toman, especialmente a vuestra merced…

CHANFALLA (Conduciendo a Rodrigo a la carreta) De prisa, Don Rodrigo. Importa que os entréis porque no os vean en tan menguado porte.
EL RETABLO DE ELDORADO de José Sanchos Sinisterra.

Sí, por supuesto es color español.
B) COLOR PROFESIONAL O COLOR DE OFICIO. Si yo soy médico voy a emplear frases o palabras especiales en mi conversación cotidiana pero será en mayor grado cuando converso con mis colegas. Hablaremos de isquemias, de endoscopías, de otorrinolaringología o del esternocleidomastoideo, de tomografías, de neoplasias o de traumatismos craneoencefálicos. Si soy abogado hablaré de ilícitos, de amparos, de actos legales. Los carpinteros hablarán de leznas, de tipos de maderas, de brocas, de tornillos del número dos. Cada oficio o profesión tiene su lenguaje propio, alguno más especializado que otro. Confieso que cuando escucho la conversación entre dos personas que manejan computación me quedo sin entender nada de nada. Recuerden el lenguaje propio de los curas, de los políticos, de las peinadoras de salones de belleza, de las prostitutas, de los policías, del carnicero, de los locutores de televisión, de las estrellas de cine y televisión…

FUNCIONARIA MAYOR.- Quise saludarlo para tener ocasión de decírselo personalmente...Por desgracia nuestro trabajo no nos permite siempre felicitar a los periodistas que cumplen su misión de informar verazmente a la opinión pública...Pero cuando hay ocasión y se puede hacer, hay que hacerlo. Y yo lo hago, señor Gutiérrez, con toda sinceridad.

PEPE.- Muchas gracias, licenciada.

FUNCIONARIO MENOR.- El señor Gutiérrez está totalmente enterado y dispuesto a cooperar en todo con nosotros.

FUNCIONARIA MAYOR.- Se lo agradezco infinito. Y muy confidencialmente le digo, señor Gutiérrez, muy confidencialmente; esos documentos fueron sustraídos del despacho mismo del señor Presidente.

¿Sabe lo que eso significa?

PEPE.- Sí, sí...

(NADIE SABE NADA, de Vicente Leñero)

LA MAMÁ.- Igualito sentía yo, igualito. Y mire doñita; se me quitó rápido con unas jamaqueadas que me dio mi marido con cáscara de limón real, cocidas con fuerza del hombre y aceite quemado. A los tres días de que se están danto estas jamaqueadas, se orina en una jarrilla y se hierven los orines con hojitas de laurel, frescas las hojitas.Todo eso tiene que hacerse con la luna tierna. Luego los deja una noche que les dé el sereno, y al día siguiente, pa’dentro; se toma. Esto se hace tres veces, cada vez que cambie la luna, y santo remedio.

LAPACIENTE.- Ay, pero tomarse los orines.

LA MAMÁ.- Qué tiene, son de una misma, qué asco le puede tener, además ni saben a nada.

LAPACIENTE.- ¿Y las cáscaras de limón debes estar frescas o secas?

LA MAMA.- No, no, fresquitas, fresquitas, fresquitas.

LA FUERZA DEL HOMBRE de Oscar Liera.

C) COLOR DE EDAD. Para nadie será una sorpresa que yo les diga que los ancianos hablan muy distinto que los niños y éstos que los jóvenes. Cada edad tiene su propio lenguaje y su propio medio para expresarlo. Los niños dirán: ¿Verdad que si me dejas ma? ¡Di que sí! Los jóvenes de esta época dirán: Chido, de pelos, me cae, qué buena onda. Los ancianos:

POMPOSA.- Esta gente de meseta.¡ Qué diferencia con la de la sierra! Tan amables y gentiles los unos contra los otros.

ABELARDO.- Fieles a sus instintos, solamente en la iglesia se soportan. Desprecian la fronda de estos árboles por un melindre de misericordia. Nosotros en cambio...

(INMACULADA, de Héctor Azar)
Los niños:

CUCA.- ¿A qué jugamos,Tita?

TITA.- A las carreras.

CUCA.- A las escondidillas.

TITA.- A las carreras.

CUCA.- Yo sólo jugaré a las escondidillas.

TITA.- Y yo, solamente a las carreras.

CUCA.- Pues entonces, yo juego sola.

TITA.- Y yo, también sola.
(LAS DOS CATARINAS, de Norma Román Calvo)

Los adultos:
AGENTE.- ¿Quería dinero?

ABOGADO.- Sí.

AGENTE.- ¿Y por qué no se lo dio a la suripanta?

ABOGADO.- Porque no era justo, señor licenciado. Si por las buenas le hubieran dicho sabes qué mano, ando muy amolada, cáete con una lana o llévame a cenar, de mil amores y todos contentos. Pero no. Luego luego el agandalle. De que me violaste. Vas a ver. Mi papá es influyente. Todas esas cosas. Mi cliente es respetable. Va a la Universidad.

SECRETARIO.- (Incrédulo) ¿A la universidad?

ABOGADO.- Bueno. Se viste como todos los estudiantes, de fachas. No se ha bañado porque hizo una manda, pero de que es respetable, lo es.
CASTIGO A INFRACTORES DE LA LEY de Alejandro Licona.
D) COLOR DE ÉPOCA. Muy diferente hablamos los de este siglo que los del principio del siglo pasado. El lenguaje varía día a día. Hace unos cuantos años usábamos el chicho y el gacho, hoy dicen chido. Al ver a una mujer guapa nosotros decíamos " Qué buena está esa vieja", los chavos dicen " Esa chava está de pelos" Mañana quién sabe qué dirán.
DOÑA MATILDE.- ¡Bruno!

BRUNO.- Jesús, señorita ¿ya se levantó usted?

DOÑA MATILDE.- Sí, no he podido cerrar los ojos en toda la noche.

BRUNO.- Ya, se habrá usted estado leyendo hasta las tres o las cuatro, según costumbre.

DOÑA MATILDE.- No es eso...

BRUNO.- Se le habrá arrebatado el calor a la cabeza...

DOÑA MATILDE.- Repito que...

BRUNO.- Y con los cascos calientes ya no se duerme por más vueltas que uno dé en la cama.

DOÑA MATILDE.- Pero hombre, qué estás ahí charlando sin saber.

BRUNO.- ¿Conque no sé lo que me digo? Y en topando cualquiera de ustedes con un libraco de historia o sucedidos, de esos que tienen el forro colorado, ya no ha de saber dejarlo de la mano hasta apurar si don Fulano, el de los ojos dormidos y el pelo crespo, es hijo o no de su padres, y si se casa o no con la joven boquirrubia que se muere por sus pedazos, y que es cuando menos sobrina del Papamoscas de Burgos: todo mentira.

(CONTIGO PAN Y CEBOLLA, de Manuel Eduardo de Gorostiza)
UNO.- La vida, viejo, la vida.

DOS.- Uta, cabrón, pinche calor, traigo tamo hasta en las orejas.

TRES.- Pica un madral.

UNO.- Igual que siempre.

CUATRO.- Se hace polvo fácilmente.

DOS.- Es el hongo…Hace que el maíz desaparezca así, mira, como un suspiro.

CUATRO.- Ta jodido, ta jodido el año (El Uno palea rápido haciendo que sus paladas de maíz lleguen hasta lo alto).

UNO- Nomás dejé que la vida me estirara, despacito, despacito y me dejé llevar, mira aún traigo escaldado el pito. Peda hasta el amanecer, vuelta y vuelta en la rotonda, cabrón, chingo de viejas. Mis botas, mi mezclilla, el sombrero y el pito parado pa’ buscarle una covacha caliente.

DOS.- La mano, güey.

SENTENCIA DE AMOR de Medardo Treviño.

E) COLOR DE SEXO.- Este color ya no es tan marcado en la época actual como antaño. Antes las mujeres procuraban usar un lenguaje elevado, correcto, fino. Los hombres, al hablar con ellas, también procuraban que su lenguaje fuera el apropiado cuidando de no ofender a su interlocutora. Al estar solos, sin la presencia femenina, su modo de hablar era otro. En esta época todos hablan igual. Las mujeres dicen carajos y pendejos a la menor provocación y los hombres ya no se cuidan de utilizar cualquier tipo de palabras frente a ellas. También en este color debemos saber que existe un lenguaje específico que utilizan los homosexuales y las lesbianas.

Veremos dos ejemplos para diferenciar el trato entre mujeres y hombres.

LUCIO.- (En voz baja, señala al público a Daniel) Ya no digas tantas chingaderas, se van a molestar.

DANIEL.- (Extrañado) ¿Qué chingadera dije?

LUCIO.- (En voz baja) Eso de que te cagan los huevos. Son puras malas palabras.

DANIEL.- ¿De cuándo acá hay buenas y malas palabras?

LUCIO.- Desde siempre, desde que Adán llamó puta a Eva por irse con la serpiente.

DANIEL.- ¿Cuáles son las buenas?

LUCIO.- No sé, creo que no hay.

DANIEL.- Si hay malas debe haber buenas.

LUCIO.- Yo sólo conozco las malas.

DANIEL.- ¿Las has contado? No llegan ni a la docena, y por esas cuantas palabras tanto pedo. Que se asusten con las otras, las que usamos todos los días sin sonrojarnos siquiera, palabras como guerra, corrupción, hambre, violación, asesinato, robo, fraude, abuso, injusticia, odios. Esas sí que son malas palabras. Un triste pinche a quien puede asustar. A nadie.

LUCIO.- Por un pinche pinche se han echado al plato a más de uno.

DANIEL.- Gente susceptible que nunca falta.

(HONRAS FÚNEBRES, de Tomás Urtusástegui

A continuación el otro ejemplo, el de mujeres:
LUCINA.- Dicen que no es bueno acercarse a las ventanas, que en cualquier momento se pueden romper. El viento trae tejas, ramas, cosas...

HILDA.- ¿Éste cómo se llama?

LUCINA.- ¿Cuál éste?

HILDA.- El huracán. Todos tienen un nombre.

LUCINA.- Nos acaban de decir que todavía no es huracán, que es una tormenta tropical.

LEONOR.- Es lo mismo.

LUCINA.- Claro que no.

LEONOR.- Como si yo no supiera lo que es un huracán y lo que no es. Ya pasé varios.

HILDA.- Antes les ponían nombres femeninos: Ana, Cecilia, Olga, Patricia, Estela. Las feministas protestaron y ahora tienen nombres masculinos. Y con eso nos fregaron.

LUCINA.- ¿Por qué lo dices?

HILDA.- Las mujeres somos los ciclones, no los hombres. Nosotras somos huracanes para mover al mundo, para cambiar las cosas, para limpiarlas con nuestras aguas y nuestros vientos. Cuando llegamos lo hacemos para dar vida. Los huracanes mueven las semillas, las trasladan de un campo a otro, fertilizan los campos, limpian la atmósfera.

LUCINA.- Los huracanes masculinos harán lo mismo. No puede haber diferencia.

HILDA.- La hay. Los hombres se comportan como brutos, destruyen por destruir. Ahí está como prueba el dichoso Gilberto que tanto nombran. Los huracanes con nombre masculino traen la muerte. En lugar de dar vida destruyen, rompen, inundan, matan.

LEONOR.- Todos matan...y los primeros en morir serán los que están en el mar. (Se hace un largo silencio. Lucina teje velozmente. Leonor enciende otro cigarrillo, da unas cuantas chupadas y lo apaga. Hilda contempla a ambas)

(PLATAFORMA MARÍTIMA, de Tomás Urtusástegui)

Y sí, también existe un lenguaje gay y otro lésbico. Pongamos un ejemplo.

DRÁCULA.- …¿Usted me conoce, sabe por qué soy así, conoce a mi madre, sabe de mi predilección por chupar jóvenes, jóvenes de cuellos largos y gruesos, cuellos erguidos, duros, tersos, cuellos rodeados de pele rizado? ¿Lo sabe, sí o no? Y si lo sabe, ¿conoce las causas? Le aseguro que no; pero ahora que estoy en trance de morir puedo contarles mi historia, mi histeria y mis traumas. Mi mal comenzó con mi nombre ¿Drácula! Sí, con ése. Mi mamá se entercó en decir a todo el mundo que Drácula era un nombre masculino, que los nombres asi se usan en Europa Oriental, como Karol. ¡Mentira! Si existe Mario y María, Paulo y Paola, Antonio y Antonia, Luis y Luisa. ¿Por qué tengo yo nombre de mujer?, insistía yo. Ella al fin me dio la razón pero agregó que Drácula me iba a quedar pues a ella no le gustaban las palabras vulgares, groseras. Y Drácula quedé. Yo que quería que de niño me dijeran Draculito. De joven Dráculo y ahora Draculón….

DRÁCULA GAY de Tomás Urtusástegui
F) COLOR FAMILIAR.- Cada familia tiene su modo particular de trato. En algunas todo se habla en diminutivo: hijito, papito, tortillita, cosita, ratito. En otras todo el mundo usa apodos:

ELLA.- Gordo, ya vente a desayunar.

EL.- Ya voy mi Chapis.

ELLA.- Dile al Flaco que se apure.

EL.- Ya le dije, está ayudando a la Enana a vestirse.

G) COLOR CULTURAL.- El lenguaje que se utiliza en una reunión de gente culta será muy diferente del usado por otra de gente inculta. Creo que esto es tan obvio que no se necesita ejemplificar. La diferencia en el lenguaje de un nuevo rico, sin estudios, será enorme si se compara con un rico con tradición y que haya asistido a la universidad. Lo mismo se diferenciará un pobre que ni siquiera terminó primaría al de un profesionista que perdió todo su capital.

En penumbras, el señor de los perros queempuja un carrito de supermercado; y atadoas a éste con una cuerda, varios perros flacos y sucios. Dentro del carrito. Cobijas, latas vacías y periódicos viejos.

EL SEÑOR DE LOS PERROS.- ¡Cayó Babilonia la grande, la prostituta que dio de beber a todas las Naciones y se emborrachó con el vino! Se los digo a ustedes: si alguien adora la Bestia o su imagen o se hace marcar en la frente o en la mano, éste también tomará el vino del furor. Sufrirá el suplicio del fuego y el azufre. Por los siglos de los siglos se eleva el humo de su llanto. No hay reposo para ellos, ni de día ni de noche, ni para los adoradores de la Bestia y su imagen como para el que lleva la marca de su nombre….

LA ESTRELLA DEL NORTE de Hugo Salcedo.

H.- COLOR SOCIAL.- Definitivamente hablan muy distinto una persona perteneciente a la aristocracia que una gente lúmpen. Habrá color de clase media, de clase alta, de clase pobre. Se pueden encontrar infinidad de ejemplos para estos colores.. Jesús González Dávila escribe de la gente marginada y pobre, yo de la clase media y media alta, Víctor Hugo Rascón Banda ha incursionado con la gente rica de los bancos.

BLANCA.- ¿Y cómo reaccionaste? Cuando te topaste con él en la cocina...Yo pensé; ora sí, con lo caliente que viene Marcos, orita le rompe el hocico también a éste. Pero nada.
MARCOS.- Ésa es mi bronca. ¿Tú qué?

BLANCA.- Yo esperaba apoyo de ti. Pensé que por lo menos ibas a decir algo; pero como ya andabas hasta atrás.

MARCOS.- Anoche, yo...Yo venía muy sacado de onda.

BLANCA.- De romper hocicos...desconocidos. Ésa ha de ser tu vocación, hermanito.

MARCOS.- Ya..., no me eches más mierda.

BLANCA.- Te la mereces, toda junta.

(CRÓNICA DE UN DESAYUNO, de Jesús González Dávila)

BEATRIZ.- Voy a conectarte con Vogue para que te den un contrato estupendo.

LUISA.- No lo hagas, ya vinieron, me rogaron y me rogaron pero no me llegaron al precio. Lo bueno se paga.

BEATRIZ.- ¡Vete a vestir! Vamos a llegar como siempre tarde.

LUISA.- No importa. Tengo flojeritis aguda.

INSEMINACIÓN ARTIFICIAL de Tomás Urtusástegui

I.- COLOR POÉTICO.- Este color elimina casi a todos los colores anteriores. Es el color que utilizan los poetas. Un niño dejará de hablar como niño, un campesino no hablará igual que los demás campesinos. Desaparecerán, o pueden desaparecer, los colores de época, geográfico, de profesión, de edad, de sexo, etc. Ahora el color será el poético exclusivamente.

ENAMORADO.- Pues yo vivo persuadido

En que no debo culparlas.

Si por el hombre no fuera,

No serían ellas tan malas;

Es verdad que es sexo débil,

Pero ellas son recatadas.

El hombre es el atrevido

Que luego viene a inquietarlas.

¿Quién las busca? ¿No es el hombre?

¿Pues eso no es prueba clara

de que la mujer no debes

del mundo llamar cizaña?

¿No es el hombre la ocasión

en la caída desgraciada

de la mujer que ha tenido una crianza delicada?

¿él no es quien la solicita?

Y cuando ella da la caída,

¿no se podrá asegurar

que es después de bien rogada?

Es verdad que su hermosura

Atrae al hombre y lo mata;

Pero si Dios la hizo hermosa,

¿Podrá ser ella culpada?

(TODOS CONTRA EL PAYO O EL PAYO CONTRA TODOS de José Joaquín Fernández de Lizardi)

NOVIA.- Estas manos, que son tuyas,

Pero que al verte quisieron

Quebrar las ramas azules

Y el murmullo de tus venas.

¡Te quiero¡ Te quiero. ¡Aparta!

Que si matarte pudiera,

Te pondría una mortaja

Con los filos de violetas.

¡Ay, qué lamento, qué fuego

Me sube por la cabeza!

LEONRADO.- ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!

Porque yo quise olvidar

Y puse un muro de piedra

Entre tu casa y la mía.

Es verdad. ¿No lo recuerdas?

Y cuando te vi de lejos

Me eché en los ojos arena.

Pero montaba a caballo

Y el caballo iba a tu puerta.

Con alfileres de plata

Mi sangre se puso negra,

Y el sueño me fue llenando

Las carnes de mala hierba.

Que yo no tengo la culpa,

Que la culpa es de la tierra

Y de ese olor que te sale

De los pechos y las trenzas.

BODAS DE SANGRE de Federico García Lorca.

¿Para qué sirve el color, por qué lo utilizamos tanto? Sirve para pertenecer, para que cada uno de nosotros pertenezca a algún grupo, a alguna comunidad, a algún país. También sirve para apartar a los demás de ese grupo, de esa comunidad. Yo soy médico y no quiero que los demás nos entiendan a mis colegas y a mí. Pertenecer y alejar: “Yo soy puro mexicano”. “Hagan patria, maten a un chilango” “Fuera los comunistas” “Qué mueran los ricos” “América para los americanos”. El ser humano tiene la necesidad y el deseo de pertenecer a diferentes grupos, ya incluido en ellos tendrá que adaptarse a los usos y costumbres de cada uno. Este mismo ser podrá pertenecer a cinco, diez o más asociaciones. Yo, como Tomás Urtusástegui, pertenezco, entre otros, a grupos médicos, grupos sociales, grupos culturales. Al ser maestro, escritor, periodista, mexicano, chilango, tener más de 60 años de edad, tener una cultura determinada, ser hombre, ser alumno de idiomas, ser médico, pertenecer a una familia de origen español, vivir en la Colonia Guadalupe Inn de la ciudad de México, por fuerza tendré que utilizar diferentes lenguajes durante el día. A mis pacientes les voy a hablar de una manera, con mis colegas de otra, a mis hijos con un lenguaje particular. Si viajo, en todos lados van a saber que soy capitalino, cuando me reúno con mis compañeros dramaturgos hablamos de una forma especial, propia. El color nos uniforma con un grupo y nos separa del resto de la humanidad. El que quiera escribir teatro debe tener presente estos cambios de color en una misma persona. El color va a depender de la circunstancia. Piensa tú en la forma en que hablas al levantarte con tu compañero o compañera de cama, después como le hablas a tus hijos; si vas a la iglesia vas a hablar de otra forma, en tu trabajo utilizarás palabras que jamás utilizas en tu casa, si de ahí te vas con tus amigos a la cantina a tomar la copa seguramente hablarán de futball y dirán todas las groserías del mundo, ya en la tarde en tu taller de cuento hablarás de intenciones, entre líneas, avance de la acción, sintaxis.

¿Quieren probar si ya entendieron todo? ¿Qué color se utiliza en el siguiente párrafo?

ESCRITOR.- (Como locutor) ¡He aquí el primer oper cout a la cara del retador! ¡Otro más a la izquierda¡ ¡Otro gancho al hígado!...
(VINE, VI...Y MEJOR ME FUI, de Willebaldo López)

No, no es color de clase social. Es color profesional, color de un locutor de radio.

Sigue una tarea para todos ustedes. Escriban un ejercicio de oído. Un ejercicio donde existan al menos dos colores distintos. Una cuartilla o dos son suficientes. Procuren que exista una situación simple y un remate. Por ejemplo una señora regaña a la sirvienta, una prostituta trata de convencer a un señor respetable que use sus servicios, un cura choca su auto contra un puesto callejero. Que sean dos colores contrastantes para que tenga chiste el ejercicio. Un viejo con un niño, un intelectual con un vendedor de mercado, un yucateco con un tamaulipeco, un mexicano con un chileno. Que no quede duda entre quienes usamos la palabra camión, los que usan bus y los que usan gua gua.
Espero sus diálogos. Saludos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

QUINTO CAPÍTULO

QUINTO CAPÍTULO CURSO DRAMATURGIA

Continuamos.

Algunos de los trabajos que me enviaron usan los sentidos pero no como una forma de comunicación de una persona o un grupo de personas a otro o a otros. Perciben olores, ven cosas, sienten que los tocan pero no como una forma para decirle algo a otro. Por ejemplo si yo fumo un puro en mi casa, esta queda apestando. Eso es olor de puro simplemente. Pero si lo hago a propósito para que mi mujer se enoje ya que no soporta ese olor, entonces sí estoy comunicando algo. Favor de hacer este ejercicio nuevamente. Si yo te doy un golpe te comunico que me caes mal. Si te golpeas por accidente esa misma zona de tu cuerpo no existe comunicación de otro contigo, fue simplemente un accidente. ¿Entendido?

Pasemos al uso de los sentidos en una obra de teatro.

Lo primero que se tiene que tener en cuenta que en el teatro existe una doble comunicación y no la simple a la que estamos acostumbrados. Una es la de los personajes entre sí y la otra es la de los personajes con el público. La primera es la misma que ya vimos. La segunda la vamos a explorar ahora mismo.

Cuando doy un taller de dramaturgia pido en esta parte que dos de los alumnos pasen al frente y se comuniquen con el sentido del tacto con el público.

Háganlo ustedes sin continuar con la lectura.

¿Ya lo hicieron? Seguramente estuvo mal. En mi clase cuando lo hago los alumnos invariablemente se tocan entre sí, se abrazan o se pegan. Su asombro es mayúsculo cuando les digo que no, que no se están comunicando con el público mediante el tacto, que se comunican con él mediante la vista y sí, con el tacto, pero sólo entre ellos dos. Pronto entienden la lección y cuando les vuelvo a pedir que se comuniquen con el público por medio del tacto ellos bajan y tocan al público, lo besan, lo acarician. Los actores que hacen teatro para niños utilizan este recurso muy frecuentemente. Durante las funciones bajan a las plateas, tocan a los niños, en ocasiones bailan con ellos o fingen que los golpean con grandes martillos de plástico. También les envían pelotas gigantescas o les avientan juguetes, confeti o cualquier otra cosa que los toque. Los niños ya están usando tres sentidos en lugar de los dos usuales en el teatro: oido, vista y tacto. En los teatros de revista no es nada raro que una corista baje y se siente en las piernas de un hombre, bese la calva de un anciano o acaricie a un joven. Me ha tocado alguna función, para adultos, donde arrojan al público condones inflados. Hace años una compañía española. Les Comediens, trajo un espectáculo que hablaba de la creación del hombre. De la parte posterior de la luneta salían hombres y mujeres totalmente desnudos que avanzaban hacia el escenario caminando o brincando sobre el público, poniendo un pie sobre la pierna o el hombro de un respetable, fingiendo caerse para que otro respetable le toque las nalgas o el sexo. En la Fura del Baus, otro grupo español, se agredía físicamente al público, se le arrojaba pintura, pedazos de un auto que acababan de destrozar ante nuestra vista. En la puesta de mi "Cupo Limitado" en la Ciudad de los Ángeles, el vómito de la anciana llegaba hasta el público logrando que éste gritara de asco.

¿Cómo se va a comunicar visualmente el actor con el espectador?

Háganlo antes de leer.

Simplemente apareciendo en escena, moviéndose, usando un vestuario determinado y un maquillaje apropiado.

¿Cómo vamos a usar el sentido del oído?

Igual lo tienen que hacer antes de seguir la lectura.

Todo el mundo puede responder a esta pregunta. Hablando, haciendo ruidos, con música. Algunos directores utilizan estos sonidos magistralmente, muchos los inician antes de abrirse el telón. Cada uno de ellos crea un ambiente. La música y los sonidos además de crear el ambiente necesario sirven para recalcar una escena, para darle importancia a un personaje. La música será fundamental en el teatro adecuado a ella: óperas, zarzuelas, operetas, comedias musicales y demás. Falta la palabra. Por el momento no la voy a tocar pues del diálogo teatral nos ocuparemos profusamente.

¿Cómo se comunica personalmente el actor por medio del sentido del oído?

¿Cómo piensan ustedes? Háganlo.



Hablando, cantando, haciendo ruidos.

Nos queda como saber utilizar el gusto y el olfato en una función teatral. ¿Se les ocurre a algunos de ustedes alguna forma?

Háganlo o escríbanlo.

Sí, así se utiliza el gusto, tienes razón: dándole dulces o golosinas a los niños, ofreciendo una copa de vino a los espectadores, repartiendo comida y, ya en teatro subido de color, permitiendo que un espectador bese o lama a la cantante de la obra o al galán de la misma.

Todos hemos asistido a alguna obra de ambiente religioso o mágico. En ellas se enciende copal o incienso lo que produce un aroma propicio. Me ha tocado asistir a alguna obra donde se utilizaron olores a quemado o a humedad. En Estados Unidos, más en el cine que en el teatro, utilizan unos cartones donde se van raspando distintos colores, al acercárselos a la nariz se pueden percibir distintos olores. “Raspe el color rojo cuando aparezca en escena el bote de basura, olerá a suciedad. Raspe el verde en la escena de la lluvia, olerá a tierra mojada" Cuando Enrique Pineda dirigió mi obra "¿Huele a gas?" que trata de gases estomacales e intestinales, probó con distintas sustancias para que toda la sala oliera a eso, a pedo. Quemó frijoles, quemó hule, utilizó combinaciones de líquidos, por fin se decidió por el ácido sulfhídrico. Con el teatro lleno a su totalidad envió, por medio de ventiladores, el aroma. Logró lo que se propuso pero también el irritar los ojos y las gargantas de los asistentes, varios de los cuales tuvieron que abandonar la sala pues se estaban ahogando.

En la ciudad de Guatemala después de un curso propuse montar mi adaptación de un capítulo de los " Hombres de Maíz" de Miguel Ángel Asturias. La puesta debería, por fuerza, utilizar los cinco sentidos en relación con el público. El capítulo habla de magia y de muertes. A la entrada del teatro colocamos incensarios con copal. Al entrar el público recibía una hoja de maíz con granos cocidos para que los comiera. Todos los asientos tenían adornos de hojas de maíz y de estas mismas se hizo toda la escenografía. Entre los espectadores se sentaron actores y músicos que tocaron instrumentos primitivos: conchas de mar, jícaras, semillas, maderas; por momentos estos mismos actores gemían, gritaban, lloraban. Durante la obra el público era tocado con hojas de maíz y con granos que arrojaban desde el escenario. El resultado fue sorpresivo para todos por el fuerte impacto que se consiguió tanto entre los actores como con el público. Me dijeron, no me consta, que una pareja colocada en la última fila se excitó tanto que se pusieron a hacer el amor ahí mismo.

Hasta aquí con los cinco sentidos. Cada vez que los enumero me hacen recordar mi niñez cuando el maestro nos preguntaba que cuáles eran.

Una tarea final, y ésta es para toda la vida: ¡ Observen continuamente a todos los que los rodean, vean cómo se visten, cómo caminan, qué se ponen encima, cómo se maquillan, cómo paladean una comida, cómo se mueven, cómo aspiran el perfume de una flor, cómo se asustan cuando van a ser atropellados y se salvan. Véanlos pelear, besarse, rechazarse! Si no observan no serán buenos escritores.