sábado, 24 de julio de 2010

CAPITULO XX DRAMATURGIA

CAPITULO XX DRAMATURGIA
Sigue el cuarto conflicto, el cotidiano. En éste todos pierden o al menos nadie gana. Es el conflicto de pareja, otros le llaman conflicto familiar. La pareja no es forzosamente la pareja sexual, es cualquier persona que viva muy cerca de nosotros, que nos conozca y que nosotros conozcamos igual. Puede ser el hijo, la madre, el padre, el abuelo, la sirvienta, nuestro compañero de oficina, de club deportivo, de cantina o de escuela. El o ella saben nuestros defectos, de que pie cojeamos. Pero nosotros también sabemos los de ellos. Es un conflicto que se da una y otra vez y que casi nunca se resuelve o se resuelve muy a la larga. La esposa le reclamará mil veces sus faltas de atención al marido, lo insultará donde sabe que le duele. El, casi mecánicamente, le responderá de la misma manera. Y así un día y otro. Es posible, no digo que no, que después de diez años o más, decidan el divorcio o puede ser que él le pegue un balazo o ella se vaya con su mejor amigo. El mejor amigo de él. Cada vez que se inicia el pleito ya sé que mi mujer me va a llamar impotente, grosero, vulgar, pelón, borracho, y para terminar, diabético. Yo le voy a contestar que ella es una niña mimada, una buena para nada, una inculta, una que sólo se casó por dinero, obesa y fea. Para rematar le diré lo que es: una neurótica consumada, una histérica de marca. Que tenía que ser mujer. Con mi compañero de futball me voy a pelear de diferente manera, le diré pendejo, hüevón, por eso estás tan barrigón, se me hace que ya no das una. El me contestará que soy un ciego, que mejor deje el juego y vaya a barbear a mis jefes, que eso sí lo hago bien. Terminaremos por mentarnos la madre. Al día siguiente empezaremos de nuevo.




ALFONSO.- La próxima vez no me dejo inyectar.

GLORIA.- ¡Te estoy hablando!

ALFONSO.- A ver si investigas quién más inyecta por aquí. ¡Vieja salvaje!

GLORIA.-¡ Pues te aguantas!

ALFONSO.- Me aguanto qué...a ver...qué me aguanto.

GLORIA.- Es la que cobra más barato, Poncho.

ALFONSO.- Pinche vieja.

GLORIA.- Pareces marica, Alfonso.

ALFONSO.- ¡Estás zafada!

GLORIA.- Sí, pareces marica...pegas unos gritos de vieja asustada.

ALFONSO.- ¡Cállate ya!

GLORIA.- (Imitándolo) ¡Ay...ay...me duele mucho...ay. (Ríe divertida) Eres una gallina ponedora de huevitos. Gallinita.

ALFONSO.- ¡Gallinita tu...!

GLORIA.- ¡Mira, Alfonso, con mi mamá no te metas!

ALFONSO.- ¡Vieja pesada!

GLORIA.- Y tu papá...otra gallina...provienes de aves, Alfonso.

ALFONSO.- ¡Te callas la boca!

GLORIA.- ¡Déjame!

ALFONSO.- Sí, te voy a dejar.

GLORIA.- ¡Te vas de esta casa!

ALFONSO.- Con mucho gusto.

GLORIA.- ¡Ya no te aguanto!

ALFONSO.- ¡Te detesto!

GLORIA.- ¡Eres lo peor de mi vida!

ALFONSO.- ¡No te soporto!

GLORIA.- ¡Lárgate ya!

(UN DÍA DE DOS, de Leonor Azcárate)



No es nada difícil que después de ese pleito la pareja haga el amor.



Veamos otra escena de pareja:



ALMA.- Pero Fernando, te dije que le pagaras.

FERNANDO.-¿Me puedes decir con qué?

ALMA.- Todo por tus vicios.

FERNANDO.- Son míos, no tuyos.

ALMA.- Sí, muy tuyos, pero da la maldita casualidad de que por lo tuyo vamos a morir todos.

FERNANDO.- La neta, ¿de dónde querías que sacara la lana?... ¿querías que robara?

ALMA.- Tú sabes que te dio otra oportunidad.

FERNANDO.- ¿Otra oportunidad? Ese no da nada.

ALMA. –Te pidió que te acostaras con él. Di que no es cierto.

FERNANDO.- ¿Debí hacerlo?

ALMA.- Eso es cosa tuya, pero creo que es mejor que morir aquí, encerrados, asfixiados.

FERNANDO.- No le hago a eso; soy hombre.

ALMA.- Por una vez no te ibas a volver maricón.

FERNANDO.- Jamás, óyelo bien, jamás.

ALMA.- Lo que pasa es que eres un egoísta.



CUPO LIMITADO de Tomás Urtusástegui



¿Qué géneros se manejan en este conflicto? El más usual es el melodrama, pero también se utiliza la comedia y la farsa. Todas las telenovelas manejan solamente este conflicto.

Queda el quinto conflicto. Ya dije que muchos autores opinan que no existe, que el conflicto por el conflicto en sí es un invento más que una realidad, que en todos los casos pertenecerá a alguno de los conflictos anteriores. Yo sí lo utilizo pues tiene características propias. Este es un conflicto que se da espontáneamente, de repente, sin ningún antecedente. Uno conduce su automóvil, se detiene en un alto, mira al conductor del auto vecino, este le pregunta molesto que qué tanto lo mira. Se bajan, se agarran a golpes. Ninguno de los dos se conocía, no tenían nada el uno contra el otro. De repente se presenta la situación y viene el enfrentamiento. En mi obra CUPO LIMITADO, ocho personas quedan atrapadas dentro de un elevador que se descompone. Prácticamente todos son desconocidos. Se inicia el conflicto por un acto baladí, se va complicando, al final hay balazos.

La diferencia con los cuatro conflictos anteriores es que en éste no existe ningún antecedente. En los otros cuatro sí los hay. En el primero los dioses mandan la sequía, después una inundación, se muere el hijo. En el segundo me pregunto a mí mismo por qué no hice esto o lo otro en tantos años. el tercero nos agarramos de la larga cabellera ( recuerden que somos primitivos) con el salvaje que quiso llevarse a mi mujer y que antes ya me había robado mis animales y que además no me dejaba dormir con su tan tan tan toda la noche. En el cuarto llevo años de soportar a mi mujer, ella dice lo mismo, que lleva años soportándome a mí. Pero en el quinto no tengo por qué pelearme con los que van en el Metro conmigo o los que hacen cola en el Banco. El único antecedente que existe es la neurosis de las ciudades o simplemente de las personas. Pero no hay antecedentes de relación personal.



CECILIA.- (Retadora) ¿Quién fue?

FRANCISCA.- ¿Qué le pasó?

CECILIA.- Un imbécil me pellizco cuando me agaché a buscar el encendedor.

FERNANDO.- ¿Un o una? Se dan casos.

FRANCISCA.- Lo único que nos faltaba. ¡Pocos hombres!

RAMÓN.- (Tose) No generalice.

CECILIA.- ¡Tápese la boca cuando tosa. Puerco!

RAMÓN.- (Molesto) Si le pellizcaron las nalgas es por andar vestida así.

CECILIA.- ¿Cómo sabe que fueron las nalgas? ¿Fue usted?

RAMÓN.- Prefiero no contestar.

(CUPO LIMITADO, de Tomás Urtusástegui)



En este conflicto pierden las dos partes. Uno puede matar al otro pero pierde como persona. Se presta para la farsa, la comedia y hasta el melodrama pero su género natural es la obra didáctica.

¿Qué es lo que tienen de común los cinco conflictos? Sí, claro. El ser una lucha. ¿Qué más, por qué se pelea en todos los casos? Se pelea por una sola cosa: EL PODER. No peleamos por el dinero, por el mueble, por el puesto, porque me miró feo, por el amor de esa mujer. Ese es el pretexto. El pleito es por el poder. Mi hijo no quiere que yo lo gobierne pero él me quiere manipular. Los comunistas le quieren quitar el poder a los capitalistas. Todos los matrimonios pelean para ver quién puede más, tú o yo. También con Dios peleamos por el poder: " Tú, Dios, tuviste el poder para matar a mi hijo pero yo tengo el poder para negarte, en este momento dejas de existir". Necesito el poder para imponer mis puntos de vista, para tener más cosas, para demostrar que soy el mejor, para que me sirvan.

lunes, 12 de julio de 2010

CAPITULO XIX CURSO DRAMATURGIA

CAPITULO XIX CURSO DRAMATURGIA



SEGUIMOS CON EL SEGUNDO CONFLICTO. EL HOMBRE CONTRA EL MISMO.

Pasan años, y quizás siglos, para que el hombre observe que si deja caer un grano y éste se cubre de tierra fértil nacerá una planta con muchos más granos. Aprende también que puede domesticar animales. Con ello deja de ser errante y se establece en un lugar fijo. Muy pronto aprende a sembrar, a cazar, a defenderse, a cubrirse de pieles, a masticar hierbas para las enfermedades, a construir. Se da cuenta de que muchas de las cosas que le suceden no son por culpa de los dioses sino de él mismo. Es entonces se pregunta que quién es él, qué hace en la tierra, para qué vive. Se empieza a llenar de culpas. Este es el segundo conflicto. El del hombre contra si mismo. Igual que en el primer conflicto resulta derrotado. Resulta derrotado pues nunca llega a explicarse a si mismo totalmente. Su final puede ser el suicidio. El género al que pertenece este segundo conflicto es la pieza.

LIUBOV ANDREIEVNA.- (Contemplando el jardín) ¡Oh, mi infancia, mi pureza!...Desde este cuarto de los niños, donde dormía, solía mirar el jardín. Cuando la dicha y yo nos despertábamos juntas cada mañana, estaba igual que ahora, no ha cambiado nada. (Riendo de alegría) Todo, todo blanco. ¡Oh, mi jardín! Después de un otoño gris e inclemente, de un frío invierno, ser otra vez joven y estar llena de felicidad...Loas ángeles celestiales no te han abandonado...¡ Si pudiera librar mi pecho y mis hombros de esta pesada piedra! ¡ Si pudiera olvidar mi pasado!

(EL JARDÍN DE LOS CEREZOS, de Anton Chejov)

HAZ VARIOS EJERCICIOS DE ESTE CONFLICTO.