UNIDADES TEATRALES
Una obra de teatro se representa en un espacio, la historia que nos narran transcurre en un tiempo determinado y siempre nos presenta un tema o una acción. El teatro griego utilizaba tres unidades teatrales en todos los casos.
Actualmente esta regla se ha roto. Veamos en que consisten las tres unidades.
UNIDAD DE TIEMPO.
La acción de toda la obra no debe transcurrir en más de 24 horas. En alguna época estas 24 horas comenzaban a las 7 de la mañana y terminaban a las 7 de la mañana del día siguiente. Actualmente basta que dure 24 horas o menos. Personalmente me gusta utilizar esta unidad (CUPO LIMITADO. HUELE A GAS, APENAS SON LAS CUATRO) y la recomiendo a los que se inician en este arte. Si la acción transcurre en veinticuatro horas lo más seguro es que vamos a usar un sólo vestuario y una sola escenografía, pero sobre todo vamos a usar un solo lenguaje, un mismo modo de comportamiento y pensamiento. Si transcurren cuarenta años entre el primer y el tercer acto los personajes tendrán que cambiar en todo, primero en lo físico, después en lo mental, cultural y sobre todo en el lenguaje. No es fácil hacerlo.
UNIDAD DE ESPACIO
Se refiere que debe existir una sola escenografía o lugar donde se va a desarrollar la obra. En el teatro griego consistía en un ágora en el centro, la entrada a un templo en un extremo y la entrada a una habitación en el otro. Eso era lo común. El utilizar esta unidad baja costos, se hace más fluida la obra y se facilita la labor del director y los actores. El autor también sale beneficiado pues al cambiar de escenario por fuerza tiene que existir otra situación y él la tiene que resolver. Por ejemplo si existe una recámara, unas cantina y una iglesia. En cada lugar los personajes tendrán que comportarse distinto y hablar distinto. También me gusta mucho utilizarla. (EL PODER DE LOS HOMBRES, CARRETERA DEL NORTE, LA DUDA, AGUA CLARA).
UNIDAD DE TEMA
Se le llama también unidad de acción. Es lo que ya hemos visto antes. Una obra de teatro sólo debe tener un tema.
Las dos primeras unidades se pueden, y frecuentemente se hace, romper. La historia puede transcurrir con siglos de diferencia entre el principio y el fin. La del espacio también. He visto obras con más de diez escenografías distintas. Lo único que queda sin cambio es la unidad de tema.
Repito, para los que principian, y también para los demás, recomiendo que utilicen las tres unidades.
En este momento espero que ya todos sepan utilizar el tema, la tesis, que sepan construir a un personaje, que conozcan cómo van a hablar y hasta lo que van a decir. También ya deben conocer los conflictos y las unidades. Todo esto es fundamental. Pero aún faltan varios elementos para terminar una obra de teatro. Una de las principales, y que les va a ayudar mucho, es conocer la estructura teatral, saber lo que debe ir en el primer acto y por qué, qué en el segundo, cuántas soluciones deben existir, etc. Esta estructura se conoce con el nombre de Estructura Aristotélica ya que fue Aristóteles el que observó que cualquier hecho se descompone en tres partes: el hecho en sí, sus antecedentes y sus consecuencias. Planteamiento, nudo y desenlace. Estudió las obras de teatro de esa época y descubrió siete constantes en ellas, con estas constantes construyó su estructura. Con el tiempo, y gracias a otros estudiosos, el número de las constantes se ha elevado a más del doble. Estos puntos los distribuyeron en los tres actos, o en más, procurando que cada uno de ellos tuviese su propia armonía y el conjunto otra armonía, ésta total.
Para facilitar el estudio vamos a pensar que la obra está dividida en tres actos. Esta división no es gratuita pues el primer acto está dedicado a los antecedentes, el segundo al nudo y el tercero al desenlace. Estudiaremos punto por punto y donde se tenga posibilidades se dará un ejemplo. En el primer acto se encuentran los siguientes puntos: Antecedentes de carácter y antecedentes de acción, división en escenas altas y bajas, arranque de la acción, la revelación, y por último, telón en alto o en bajo. El segundo acto contiene los siguientes: Escena de recuerdo, nudo, peripecia y telón en alto o en bajo. El tercer acto es más rico en puntos: Escena de recuerdo, posible primera solución, segunda posible solución, solución verdadera, clímax, descenso de la acción, catarsis y vuelta a la realidad. Diez y siete puntos en total. Cuando se quiere disminuir a un solo acto basta con quitar las escenas de recuerdo y los telones. Todos los demás puntos se deben respetar.
sábado, 30 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
Capitulo XXIII. CARÁCTER CEREBRAL, CORDIAL Y VISCERAL.
CARÁCTER CEREBRAL, CORDIAL Y VISCERAL
Todos los seres humanos nacemos siendo eróticos. La educación, los traumas, la cultura, nuestro físico, nuestras circunstancias nos lo reafirmarán o nos lo cambiarán para llegar a ser tanáticos. Igual sucede con lo cerebral, cordial y visceral. Todos nacemos con respuestas viscerales a cualquier estímulo. Poco a poco podemos cambiar a cordiales o cerebrales. Lo visceral son los instintos; los principales el de la supervivencia y el de la reproducción. Lo cordial son los sentimientos. Cerebral los pensamientos, el análisis. Examinemos un estímulo y nuestra respuesta. Al tener en nosotros tres posibilidades de respuesta debemos saber que generalmente es una de ellas la que predomina en nosotros. Esa constante es la que nos define. Ahora el ejemplo. Estamos asomados a una ventana sin mucho que hacer, de repente camina frente a nosotros una mujer despampanante. Ese es el estímulo. Nos llega, como todos los estímulos, por vía visceral. Nuestra respuesta inmediata, visceral, sería el deseo de acostarnos con ella en ese mismo instante, pero no, subimos el estímulo a la región cordial y lo enriquecemos de sentimiento. “Es hermosa, qué bonitos ojos tiene, se ve dulce" Entonces nos enamoramos y queremos llevarle flores y una serenata. Seguimos subiendo el estímulo, llegamos a la región cerebral. “Se nota que es rica por la ropa que trae, y soltera, de seguro debe estar bien relacionada, creo que me conviene" Según nuestro temperamento será nuestra respuesta. El estímulo ya llegó a todas partes pero nuestra respuesta va a ser diferentes según predomine alguna parte de nuestro cuerpo. Los cerebrales serán los intelectuales, los cordiales los románticos y los viscerales los pasionales. Es fundamental conocer a que estrato pertenecemos pues de ello dependerá en mucho nuestro comportamiento y nuestra forma de ser y de relacionarnos. Entre más viscerales seamos vamos a tener una respuesta más animal, si estamos más evolucionados seremos cordiales y solamente el hombre superior tiene una respuesta cerebral. Entre más bajo sea el nivel de respuesta, mas bajo será en evolución. Lo visceral es erótico, lo cerebral tanático.
Tan importante como es conocernos a nosotros mismos es tratar de conocer a los demás. Eso nos facilitará la comunicación. Si yo soy un ser cerebral y tengo que comunicarme con un ser visceral, debo, por fuerza, que descender a su nivel y hablarle en su lenguaje. Si voy a anunciar un auto en la televisión, tengo que pensar a qué clase de público va dirigido el mensaje. Si pienso que es público visceral, sin cultura, mostraré un auto convertible, de brillante color, estacionado frente al mar y junto a él a una bellísima mujer con la menor cantidad de ropa posible. Si lo quiero dirigir a gente cordial pondré el auto de color azul en un campo florido. Al auto se sube la abuelita, los niños y el perro. Todos sonríen de felicidad. En cambio si lo quiero promocionar en un medio cerebral voy a colocarlo en una ensambladora de autos y voy a enumerar sus ventajas mecánicas, su duración, su bajo precio, sus adelantos electrónicos. Una serie de empleados, muy bien uniformados mientras tanto darán los últimos toques al auto. La música también es importante. Para el anuncio visceral pondremos rock o jazz, para los cordiales música romántica instrumental, para el cerebral música electrónica o simplemente sonidos fabriles. Si nos equivocamos y llegamos a casarnos con una persona diferente en temperamento a nosotros, nos va a ser muy difícil mantener esa relación. Si yo soy cerebral y mi mujer cordial...
YO.- Dónde están los papeles. Los necesito.
ELLA.- No tienes por qué gritarme.
YO.- Nadie te está gritando. ¡Quiero esos papeles!
ELLA.- Ya ves, ya me gritaste otra vez. Se nota que no te importo. Tú, los papeles. Yo, nada.
YO.- No empecemos.
ELLA.- Cómo desearía que un día me buscaras a mí como buscas a esos papeles.
YO.- Son de la oficina. Los tengo que presentar al jefe el día de hoy. ¿No entiendes?
ELLA.- Lo que entiendo es que ya no me quieres. ¿Hace cuánto que no me dices algo tierno?
Y así pueden seguir hablando horas y horas, ella con un punto de vista, él con otro. Ella dirá que él es un ser frío, calculador. El que ella es una cursi, una tonta.
Si tenemos hijos, amigos o simples compañeros debemos saber de que pie cojean, si son de una forma o de otra. Eso si queremos entendernos bien con ellos. También deberíamos saber, a tiempo, en que rango entran los trabajos o profesiones a los que nos vamos a dedicar. Definitivamente las hay cordiales, viscerales o cerebrales. La carrera de enfermería, de medicina, de trabajadora social, de maestro, son básicamente cordiales. Las de matemático, filósofo, ingeniero son cerebrales. Las deportivas, las de danza, actuación, la carrera militar, la de astronauta, son viscerales. No digo con esto que dichas carreras no tengan elementos cordiales, viscerales o cerebrales. Todas los tienen, pero es uno el que predomina. Si soy un ser cerebral y tengo que abrazar la carrera militar voy a sufrir mucho. En cambio si soy un ser muy visceral no podré terminar la carrera de filosofía a la que me metí siguiendo a una rorra que se me antojaba.
El ser visceral al no cumplirse un deseo reacciona con ira para después buscar otro deseo que supla al anterior. El ser cordial sufre intensamente, y por mucho tiempo, el fracaso. El ser cerebral se siente frustrado ante el fracaso, analiza a éste para buscar las fallas.
Repitamos el circuito. Cuando una persona recibe un estímulo lo primero que responde es la zona del bajo vientre, el plexo solar. Ahí se encuentra el sexo y los órganos de la nutrición. Lo que nos da vida y nos permite reproducirnos. De ahí sube a la región cordial, torácica, para enriquecerse de un sentimiento. Nuestro corazón latirá más de prisa al enamorarnos y casi se detendrá por una pena. Sube al cráneo, al cerebro, donde es analizado, juzgado y clasificado. Nuevamente desciende para cargarse de más sentimiento y baja hasta el abdomen para producirnos una emoción. Se puede resumir en la forma siguiente: sensación-sentimiento- clasificación-sentimiento-emoción. Este circuito es prácticamente instantáneo. Algunas veces el estímulo es tan intelectual, tan cerebral, que apenas roza la zona visceral o la cordial.
¿Qué sucede si una madre llora porque su hija llegó tarde y le dice cuanto sufrió esperándola si la segunda es visceral? Esta se reirá de ella. En cambio si se coloca en su zona y le grita o le da una bofetada, es posible que se entiendan.
La primera zona, la alta, es la fuente de conocimientos y la inteligencia. La unión de estos dos nos da el criterio con que escogemos. El actor que pertenezca a esta zona utilizará un tono de voz agudo. La segunda, la intermedia, contiene sentimientos como la ternura, el amor, la tristeza, la nostalgia, la pena. El actor usará una voz más baja que la anterior. La tercera zona es la de la intuición, de la percepción, iluminación, premonición y adivinación. Es el mundo del inconsciente y de los deseos. En esta zona está la inspiración. El actor deberá usar una voz baja. Comparen su respuesta emocional al escuchar a Guadalupe Pineda o a Lola Beltrán.
Adelantándonos un poco podemos decir que la pieza se sitúa en la zona cerebral, el melodrama y la comedia en el cordial y la tragedia y la farsa en el visceral.
Los vicios de carácter también pertenecen a distintas zonas. La soberbia es cerebral, la lujuria y la gula viscerales. La venganza es cerebral ya que se prepara minuciosamente, pero su ejecución se carga de sentimiento y de coraje, o sea que también entran en ella las otras dos zonas. La avaricia es cerebral, el chisme cordial. ¿La envidia? Es cerebral. Las virtudes son cordiales: fe, esperanza y caridad. Las tres se basan en el amor a Dios y a los hombres.
¿De los dramaturgos mexicanos actuales cuáles pertenecen, en general, a cada zona? Juan Tovar, Hugo Iriart, Carlos Olmos, Sabina Berman pertenecen a la cerebral. Emilio Carballido, Willebaldo López, Rafael Solana, Luis G. Basurto a la cordial. A la visceral pertenecemos Jesús González Dávila, Tomás Espinoza, Oscar Villegas, Oscar Liera y yo mismo. Vicente Leñero y Víctor Hugo Rascón Banda transitan de una zona a la otra, predominando la cerebral. ¿ Y de los directores de teatro? Julio Castillo era totalmente visceral como lo es Enrique Pineda y Abraham Oceransky. José Solé y Germán Castillo son cordiales. Ludwik Margules y Luis de Tavira son cerebrales.
De los músicos famosos Wagner es visceral; Chopin, Lizt y Strauss son cordiales. Haydn es cerebral.
Veamos a los críticos de teatro. José Antonio Alcaráz y Gonzalo Valdez Medellín son viscerales. El maestro Solana era cordial como lo es Malkah Ravel. Armando Partida es cerebral.
¿Que también es cerebral Olga Harmony? Sí, pero ocasionalmente. Normalmente es visceral. Entre más viscerales serán más subjetivos, entre más cerebrales más objetivos.
Aún los colores reflejan las zonas a las que pertenecemos. Está escrito que el rojo pertenece a la ira, o sea es visceral, el naranja al sexo, el lila a la homosexualidad, el rosa a la virginidad, lo plateado y dorado a la riqueza, el blanco a la pureza y a la calma, el azul a la melancolía, el verde a la esperanza, el morado a la muerte y a la iglesia, el negro al luto y a la elegancia, el amarillo a la seguridad, el fresa a lo infantil, el gris a la hipocresía y el café a la austeridad y al aburrimiento. Una gente visceral y erótica no se vestirá de gris o café, lo hará de rojo, de amarillo. Un tanático cerebral lo más seguro es que se vista de gris.
El público tiene una marcada preferencia por lo visceral, ya sea en los personajes, ya en sus vicios propios, en las obras de arte o en la crítica. Todos queremos conocer nuestra parte animal. En segundo lugar prefieren lo cordial, el sentimiento. Por eso va al cine a llorar, por eso leen tanta novela rosa o ven telenovelas. Una minoría, generalmente la más preparada y culta, prefiere lo cerebral.
Pero basta de palabrería. Es necesario poner ejemplos teatrales. Empecemos con personajes cerebrales.
EL MENSAJERO.- Ajenos al mundo, se pasean entre las flores ambiguas y aspiran su vaho equívoco, que se extiende como el manto carmesí del delirio y luego se desvanece, sin dejar huella, como las imágenes nocturnas se disuelven en el agua del alba. Y del mismo modo, en el espacio de unas horas, aparecieron y desaparecieron de la mano derecha de Juan- la misma que Beatriz había rozado un día antes- cinco pequeñas manchas rojas, parecidas a cinco flores minúsculas. Pero ellos no preguntan, no dudan y ni siquiera sueñan: se contemplan, se respiran. ¿Respiran la vida o la muerte? Ni Juan ni Beatriz piensan en la muerte o en la vida, en Dios o el Diablo. No les importa salvar su alma ni conquistar riqueza o poder, ser felices o hacer felices a los demás. Les basta con estar frente a frente y mirarse. Uno en torno del otro, como dos estrellas enamoradas. El da vueltas alrededor de ella, que gira sobre sí misma; los círculos que él describe son cada vez más estrechos; entonces ella se queda quieta y empieza a cerrarse, pétalo a pétalo, como una flor nocturna, hasta que se vuelve impenetrable...
(LA HIJA DE RAPACCINI, de Octavio Paz)
¿Quieren otro ejemplo?
INTERMEDIARIA.- En este libro hay imágenes de animales.( Lo abre) Daré noticias de ellos. El perro está inscrito aquí como guardián de la integridad física del hombre que le haya sido designado, único entre la bestias, posee sentido de propiedad, siempre nos dice: "mi casa, mi patio, mi árbol, mi dinero, mi amo, mi amor" . Lo cuida y lo defiende como un avaro, como un apasionado; descubre así ladrones, descubre a pedigüeños, descubre cobradores, y a todos ladra y agrede. “Yo protejo a mi amor y al mundo. El cree que su casa es el eje del mundo. (Otra hoja) El gato cuida la integridad espiritual de quienes considera sus amigos. El recoge las sombras, él expulsa las malas voluntades; hace pequeños sacrificios sangrientos en bien la casa; mata ratones huidizos, aves canoras y pollos asombrados; luego, con la presa entre los dientes realizará un rito. En la noche va a la azotea; analiza los halos, las ondas, los vapores, consulta el aire, se le confían tareas, corre y da gritos, espeluznados, se perpetúa...
(YO TAMBIÉN HABLO DE LA ROSA, de Emilio Carballido)
Examinemos a un personaje cordial. A uno o a varios.
NANA.- Buenos días, Don Silvestre, dichosos los ojos.
SILVESTRE.- Buenas tardes, Lolita. (Saca su reloj y lo ve) Porque ya pasan de las doce. ¿Cómo están las señoritas?
NANA.- ¡ Uy! Muy bien, pero pase usted. (Entran) A ver, deme su sombrero y su bastón.
SILVESTRE.- ¡Pero Lolita! ¿Cómo se va a molestar? ( Se los da)
NANA.- (Recibiéndolos) Démelos usted, no faltaba más.
SILVESTRE.- (Se sienta) Muchas gracias, Lolita, usted siempre tan amable. (Se seca el sudor) ¡Qué calorón!. Completamente inaguantable, dice el periódico que en México llueve y hace frío...ya nadie los entiende... ¿Están las señoritas?
NANA.- (Turbada) Este...no...aún no llegan, fueron a misa de doce, no han de tardar.
SILVESTRE.- ¡Pero qué extraño! Ellas siempre van a misa de ocho, sobre todo los domingos a la misa de las Hijas de María.(Pausa) Las extrañé. (Alarmado) Dígame... ¿ está mala alguna de ellas?
NANA.- No, qué va, si nunca se han sentido mejor. Voy a traerle su taburetito para los pies.
SILVESTRE.- No, no se moleste Lolita, muchas gracias, mejor regreso después de comer cuando repose la comida y duerma mi siestecita... (Silencio) Supe que hace varios días rentaron el cuarto...
NANA.- Sí, a un joven de México, contador del banco, vino desde allá, o lo mandaron, yo no sé, pero muy buena persona, muy decente y bien parecido.
(SEÑORITAS A DISGUSTO, de Antonio González Caballero)
En este momento les propongo un monólogo cordial.
JACINTO.- (Completamente sobrio) Cómo no voy a estarle agradecido si me tendió la mano y me dio trabajo cuando llegué a México...Para qué me quedaba en mi pueblo: allá no más había malos recuerdos. (Pausa) Yo tenía un hijo, ¿sabe usted? El único del que estaba seguro que era mío. Los demás quién sabe, se hablaba tanto de la Rosa. Pero de él sí estaba seguro porque cuando lo hice andábamos lejos de Ixtlán y la Rosa no pudo ver más hombre que yo durante meses y meses. ¡Era el chamaco más vivo del mundo! Se parecía a mí; no era chillón, ni remilgoso, ni pegado a su madre. Se le miraba ya el entendimiento avispado y por eso yo me lo llevaba a explicarle cómo es la gente y cómo es que el sol se deja ver por un lado y se mete por el otro...Una noche me quedé con él en el cerro nomás para cumplirle la curiosidad que el chamaco tenía de ver las estrellas y sentir el frío del monte y oír al coyote. ¡Y cuándo le enseñé a cazar víboras!...
(LOS ALBAÑILES. de Vicente Leñero)
Para terminar dos diálogos viscerales.
BERTHA.- ¿Ya llegaste?
NICOLASA.- ¿ No estás viéndome!
BERTHA.- ¿No te atropellaron?
NICOLASA- ¿Me falta alguna pierna?
BERTHA.- ¿Cuánto gastaste?
NICOLASA.- ¿Cuánto quieres que me haya gastado si sólo me diste tres pesos?
BERTHA.- ¿Y te los acabaste?
NICOLASA.- Completamente.
BERTHA.- Entre tú y el sinvergüenza del marido de Clotilde van a dejarme en la calle.
(CLOTILDE EN SU CASA, de Jorge Ibargüengoitia)
ELVIA.- (Oliendo una prenda de ropa) Huele a vainilla, a lodo, a sangre calentada, a piel sudada; huele a él.
LUCÍA.- ¿No la lavaste? Debe oler a jabón.
ELVIA.- Nada consigue que desaparezca su olor, ni jabones ni vientos, ni aguas de mar o río, esencias de jazmín o de rosas. Mira, huele. (Le acerca la ropa, Lucía la rechaza)
LUCÍA.- No me interesa su olor.
ELVIA.- ¿Estás segura?
LUCÍA.- Sí.
ELVIA.- Pienso lo contrario. (Se descubre el pecho) Mi piel huele a él. ¡Huele mi pecho! (Lucía le da la espalda) ¿No quieres? ¡Huele mi vientre, huele mi sexo! Es su olor junto al mío. ¿Entiendes? ¡El suyo y el mío! Olores confundidos en uno solo igual que se confunde su cuerpo en el mío.
LUCÍA.- ¡Mentira!
ELVIA.- ¿Mentira? (La toma de los hombros, le da media vuelta para tenerla frente a frente. Se desnuda el pecho totalmente) ¡Huele mi piel y olerás la suya, obsérvala y verás las huellas de sus dedos, de sus uñas, de sus dientes. Mira estas heridas. (Se toma un seno y lo muestra) ¡Son heridas de amor!
LUCÍA.- (Trata de salir) ¡No es verdad, no lo es!
ELVIA.- ¿No quieres verlas?... ¡Contesta!
LUCÍA.- ¡Basta!
ELVIA.- (Vistiéndose) Eso es. ¡Basta. Basta! ¿Entendiste? ¡Marco es mi marido!
LUCÍA.- ¡Es mi padre!
ELVIA.- No lo tratas como tal, lo tratas como hombre.
LUCÍA.- Lo es.
ELVIA.- ¡Pero no para ti, no para ti!
(GALOPA, GALOPA, de Tomás Urtusástegui)
Ejemplos de lo que puede ser cerebral, cordial y visceral los encontramos con facilidad en nuestras canciones.
Comencemos con las cordiales que son la mayoría.
Cuando un amor se va,
¡qué desesperación!...
Cuando un cariño vuela
nada consuela mi corazón.
Dan ganas de llorar,
no es fácil olvidar
al querer que nos deja
y que se aleja sin compasión.
No puedo comprender
qué cosa es el amor
si lo que más quería,
el alma mía me abandonó.
Pero no hay que llorar,
hay que saber perder,
lo mismo pierde un hombre
que una mujer.
(HAY QUE SABER PERDER, de Abel Domínguez)
¿Están de acuerdo en seguir con una canción visceral que nos duela?
Creibas que no había de hallar
amor como el que perdí,
tan al pelo lo jallé
que ni me acuerdo de ti.
Una sota y un caballo,
burlarse querían de mí.
¡ Ay! ¡Malaya quién dijo miedo
si para morir nací!
Amigos, les contaré
una aición particular,
si me queren, sé querer,
si me olvidan, sé olvidar
y un orgullo sólo tengo
que a naiden le sé rogar.
¡Ay! que la chancla que yo tiro
no la guelvo a levantar.
(LA CHANCLA, de Alfonso Esparza Otero)
Canciones cerebrales hay menos. La mayoría hablan de amores y desamores, las cerebrales tendrían que hablar de otros tópicos. Veamos una de Luis Arcaraz.
El que pierde una mujer
no sabe lo que gana,
pues si se nos va un querer
otro vendrá mañana.
Dale amor a una mujer
y verás cómo te paga:
o te engaña o te empalaga
o se busca otro querer.
El que no quiera sufrir
que se mire en este espejo,
yo nomás doy el consejo
por sí lo quieren seguir...
(EL QUE PIERDE UNA MUJER)
Seguimos con una tarea para ustedes. Escriban diálogos cortos entre personas cerebrales, cordiales o viscerales. Mézclenlas. Improvisen escenas con estos tipos de personajes. Piensen cómo caminan, cómo hablan, cómo se visten.¿ Qué esperan para hacerlo?
Volvamos a la trayectoria. ¿Será posible que un personaje silueta pueda llegar, en una obra de teatro, a ser un personaje carácter? Por supuesto que sí. En la primera escena entra junto a un grupo de personas. Con ellas permanece sin hablar ni hacer nada unos minutos. Es una silueta. De pronto habla, nos damos cuenta que es un obrero por su vestimenta y por su lenguaje. Ya se volvió tipo. Se convierte posteriormente en un líder, lucha, ve que su causa está perdida, abandona la lucha y su trabajo, se va del pueblo derrotado. Ya es un carácter. Otra pregunta. ¿Será posible que un personaje carácter, en una o obra de teatro, pueda llegar a ser silueta? ¡Jamás! Un personaje carácter es un ser complejo, con vicios y etc. etc. Sería imposible que si ya lo conocemos como un ser tanático, avaro, que estafó a la familia, regrese en otra escena a ser un tipo y después una silueta. Eso puede suceder en la vida real. Yo soy todo un carácter, en la calle seré una silueta y en mi trabajo un tipo. En el teatro esto no es posible. Por ejemplo, si ya conocemos a Cesar, el del GESTICULADOR y sabemos de su engaño, de lo que piensa y hace, jamás será en el tercer acto un desconocido. Siempre seguirá siendo Cesar. Un autor, por error, puede quitarle importancia y hasta desaparecer a un carácter. Pero repito que será error del autor y el público no se engañará.
Ya estudiamos todos los personajes teatrales. Podemos agregar algunas generalidades acerca de ellos.
Los personajes deben ser siempre congruentes consigo mismos, con su edad, su posición social y cultural, con el género y estilo de la obra, con la situación. A un personaje de pieza no se le debe hacer que se eche un pedo, a uno de farsa sí.
Los personajes caracteres generalmente toman una decisión que les hará cambiar su vida. Nora se va de su casa, a Cesar lo matan.
Gené dice: " Los personajes deben establecer un vínculo fuerte entre todos, deben poder ser modificados, deben establecer una lucha de opuestos en permanente crisis y accionar de tal manera que la intensidad dramática crezca gradualmente"
A los personajes carácter les corresponde, de las elementos del diálogo teatral, el carácter. Ya dijimos que a los tipos les corresponde el color.
Ahora una pregunta personal a cada uno de ustedes. ¿Qué clase de personaje creen ser? ¿Una silueta, un tipo o un carácter? Ya sé que todos respondieron que carácter. Es posible, pero lo que sí es seguro es que todos somos tipos. Un noventa o noventa y cinco por ciento de nuestra vida la vivimos como siluetas o tipos. Carácter seremos en un momento y en medio de un grupo muy limitado. Normalmente seremos el transeúnte, el maestro, el padre, el esposo, el hijo, el médico, el cura, el abuelo, el viejo, el niño, el policía, la prostituta, el cartero, el amigo, el extranjero, el norteño. Aún para los más cercanos somos tipos: padre, madre, hijo, nieto, yerno, suegra, amigo. Como tales nos comportamos. Y si todos somos tipos lo más natural es que sean estos personajes los que podamos trabajar mejor en el teatro.
Una última idea sobre los personajes caracteres. La tragedia del ser erótico es no poder evitar el reto y con ello permitir que lo destruyan. La tragedia del tanático es el estupor. La destrucción del erótico provoca horror, la del tanático compasión.
No olvidar que todos nosotros, y los personajes también, somos animales de costumbres. Somos así por la razón de que esto nos da seguridad. Si nos sentamos siempre en la misma silla del salón de clases nos da seguridad que nuestro vecino no nos van a molestar, que ahí el profesor no ve si saco un acordeón, que durante la clase me puedo echar un sueñito sin que se note.
Otro dato importante es que nosotros, y los personajes, actuamos debido, en mucho, por obedecer a nuestros instintos primarios: el de conservación, el de reproducción, el de poder, el de libertad, el del conocimiento.
Todos los seres humanos nacemos siendo eróticos. La educación, los traumas, la cultura, nuestro físico, nuestras circunstancias nos lo reafirmarán o nos lo cambiarán para llegar a ser tanáticos. Igual sucede con lo cerebral, cordial y visceral. Todos nacemos con respuestas viscerales a cualquier estímulo. Poco a poco podemos cambiar a cordiales o cerebrales. Lo visceral son los instintos; los principales el de la supervivencia y el de la reproducción. Lo cordial son los sentimientos. Cerebral los pensamientos, el análisis. Examinemos un estímulo y nuestra respuesta. Al tener en nosotros tres posibilidades de respuesta debemos saber que generalmente es una de ellas la que predomina en nosotros. Esa constante es la que nos define. Ahora el ejemplo. Estamos asomados a una ventana sin mucho que hacer, de repente camina frente a nosotros una mujer despampanante. Ese es el estímulo. Nos llega, como todos los estímulos, por vía visceral. Nuestra respuesta inmediata, visceral, sería el deseo de acostarnos con ella en ese mismo instante, pero no, subimos el estímulo a la región cordial y lo enriquecemos de sentimiento. “Es hermosa, qué bonitos ojos tiene, se ve dulce" Entonces nos enamoramos y queremos llevarle flores y una serenata. Seguimos subiendo el estímulo, llegamos a la región cerebral. “Se nota que es rica por la ropa que trae, y soltera, de seguro debe estar bien relacionada, creo que me conviene" Según nuestro temperamento será nuestra respuesta. El estímulo ya llegó a todas partes pero nuestra respuesta va a ser diferentes según predomine alguna parte de nuestro cuerpo. Los cerebrales serán los intelectuales, los cordiales los románticos y los viscerales los pasionales. Es fundamental conocer a que estrato pertenecemos pues de ello dependerá en mucho nuestro comportamiento y nuestra forma de ser y de relacionarnos. Entre más viscerales seamos vamos a tener una respuesta más animal, si estamos más evolucionados seremos cordiales y solamente el hombre superior tiene una respuesta cerebral. Entre más bajo sea el nivel de respuesta, mas bajo será en evolución. Lo visceral es erótico, lo cerebral tanático.
Tan importante como es conocernos a nosotros mismos es tratar de conocer a los demás. Eso nos facilitará la comunicación. Si yo soy un ser cerebral y tengo que comunicarme con un ser visceral, debo, por fuerza, que descender a su nivel y hablarle en su lenguaje. Si voy a anunciar un auto en la televisión, tengo que pensar a qué clase de público va dirigido el mensaje. Si pienso que es público visceral, sin cultura, mostraré un auto convertible, de brillante color, estacionado frente al mar y junto a él a una bellísima mujer con la menor cantidad de ropa posible. Si lo quiero dirigir a gente cordial pondré el auto de color azul en un campo florido. Al auto se sube la abuelita, los niños y el perro. Todos sonríen de felicidad. En cambio si lo quiero promocionar en un medio cerebral voy a colocarlo en una ensambladora de autos y voy a enumerar sus ventajas mecánicas, su duración, su bajo precio, sus adelantos electrónicos. Una serie de empleados, muy bien uniformados mientras tanto darán los últimos toques al auto. La música también es importante. Para el anuncio visceral pondremos rock o jazz, para los cordiales música romántica instrumental, para el cerebral música electrónica o simplemente sonidos fabriles. Si nos equivocamos y llegamos a casarnos con una persona diferente en temperamento a nosotros, nos va a ser muy difícil mantener esa relación. Si yo soy cerebral y mi mujer cordial...
YO.- Dónde están los papeles. Los necesito.
ELLA.- No tienes por qué gritarme.
YO.- Nadie te está gritando. ¡Quiero esos papeles!
ELLA.- Ya ves, ya me gritaste otra vez. Se nota que no te importo. Tú, los papeles. Yo, nada.
YO.- No empecemos.
ELLA.- Cómo desearía que un día me buscaras a mí como buscas a esos papeles.
YO.- Son de la oficina. Los tengo que presentar al jefe el día de hoy. ¿No entiendes?
ELLA.- Lo que entiendo es que ya no me quieres. ¿Hace cuánto que no me dices algo tierno?
Y así pueden seguir hablando horas y horas, ella con un punto de vista, él con otro. Ella dirá que él es un ser frío, calculador. El que ella es una cursi, una tonta.
Si tenemos hijos, amigos o simples compañeros debemos saber de que pie cojean, si son de una forma o de otra. Eso si queremos entendernos bien con ellos. También deberíamos saber, a tiempo, en que rango entran los trabajos o profesiones a los que nos vamos a dedicar. Definitivamente las hay cordiales, viscerales o cerebrales. La carrera de enfermería, de medicina, de trabajadora social, de maestro, son básicamente cordiales. Las de matemático, filósofo, ingeniero son cerebrales. Las deportivas, las de danza, actuación, la carrera militar, la de astronauta, son viscerales. No digo con esto que dichas carreras no tengan elementos cordiales, viscerales o cerebrales. Todas los tienen, pero es uno el que predomina. Si soy un ser cerebral y tengo que abrazar la carrera militar voy a sufrir mucho. En cambio si soy un ser muy visceral no podré terminar la carrera de filosofía a la que me metí siguiendo a una rorra que se me antojaba.
El ser visceral al no cumplirse un deseo reacciona con ira para después buscar otro deseo que supla al anterior. El ser cordial sufre intensamente, y por mucho tiempo, el fracaso. El ser cerebral se siente frustrado ante el fracaso, analiza a éste para buscar las fallas.
Repitamos el circuito. Cuando una persona recibe un estímulo lo primero que responde es la zona del bajo vientre, el plexo solar. Ahí se encuentra el sexo y los órganos de la nutrición. Lo que nos da vida y nos permite reproducirnos. De ahí sube a la región cordial, torácica, para enriquecerse de un sentimiento. Nuestro corazón latirá más de prisa al enamorarnos y casi se detendrá por una pena. Sube al cráneo, al cerebro, donde es analizado, juzgado y clasificado. Nuevamente desciende para cargarse de más sentimiento y baja hasta el abdomen para producirnos una emoción. Se puede resumir en la forma siguiente: sensación-sentimiento- clasificación-sentimiento-emoción. Este circuito es prácticamente instantáneo. Algunas veces el estímulo es tan intelectual, tan cerebral, que apenas roza la zona visceral o la cordial.
¿Qué sucede si una madre llora porque su hija llegó tarde y le dice cuanto sufrió esperándola si la segunda es visceral? Esta se reirá de ella. En cambio si se coloca en su zona y le grita o le da una bofetada, es posible que se entiendan.
La primera zona, la alta, es la fuente de conocimientos y la inteligencia. La unión de estos dos nos da el criterio con que escogemos. El actor que pertenezca a esta zona utilizará un tono de voz agudo. La segunda, la intermedia, contiene sentimientos como la ternura, el amor, la tristeza, la nostalgia, la pena. El actor usará una voz más baja que la anterior. La tercera zona es la de la intuición, de la percepción, iluminación, premonición y adivinación. Es el mundo del inconsciente y de los deseos. En esta zona está la inspiración. El actor deberá usar una voz baja. Comparen su respuesta emocional al escuchar a Guadalupe Pineda o a Lola Beltrán.
Adelantándonos un poco podemos decir que la pieza se sitúa en la zona cerebral, el melodrama y la comedia en el cordial y la tragedia y la farsa en el visceral.
Los vicios de carácter también pertenecen a distintas zonas. La soberbia es cerebral, la lujuria y la gula viscerales. La venganza es cerebral ya que se prepara minuciosamente, pero su ejecución se carga de sentimiento y de coraje, o sea que también entran en ella las otras dos zonas. La avaricia es cerebral, el chisme cordial. ¿La envidia? Es cerebral. Las virtudes son cordiales: fe, esperanza y caridad. Las tres se basan en el amor a Dios y a los hombres.
¿De los dramaturgos mexicanos actuales cuáles pertenecen, en general, a cada zona? Juan Tovar, Hugo Iriart, Carlos Olmos, Sabina Berman pertenecen a la cerebral. Emilio Carballido, Willebaldo López, Rafael Solana, Luis G. Basurto a la cordial. A la visceral pertenecemos Jesús González Dávila, Tomás Espinoza, Oscar Villegas, Oscar Liera y yo mismo. Vicente Leñero y Víctor Hugo Rascón Banda transitan de una zona a la otra, predominando la cerebral. ¿ Y de los directores de teatro? Julio Castillo era totalmente visceral como lo es Enrique Pineda y Abraham Oceransky. José Solé y Germán Castillo son cordiales. Ludwik Margules y Luis de Tavira son cerebrales.
De los músicos famosos Wagner es visceral; Chopin, Lizt y Strauss son cordiales. Haydn es cerebral.
Veamos a los críticos de teatro. José Antonio Alcaráz y Gonzalo Valdez Medellín son viscerales. El maestro Solana era cordial como lo es Malkah Ravel. Armando Partida es cerebral.
¿Que también es cerebral Olga Harmony? Sí, pero ocasionalmente. Normalmente es visceral. Entre más viscerales serán más subjetivos, entre más cerebrales más objetivos.
Aún los colores reflejan las zonas a las que pertenecemos. Está escrito que el rojo pertenece a la ira, o sea es visceral, el naranja al sexo, el lila a la homosexualidad, el rosa a la virginidad, lo plateado y dorado a la riqueza, el blanco a la pureza y a la calma, el azul a la melancolía, el verde a la esperanza, el morado a la muerte y a la iglesia, el negro al luto y a la elegancia, el amarillo a la seguridad, el fresa a lo infantil, el gris a la hipocresía y el café a la austeridad y al aburrimiento. Una gente visceral y erótica no se vestirá de gris o café, lo hará de rojo, de amarillo. Un tanático cerebral lo más seguro es que se vista de gris.
El público tiene una marcada preferencia por lo visceral, ya sea en los personajes, ya en sus vicios propios, en las obras de arte o en la crítica. Todos queremos conocer nuestra parte animal. En segundo lugar prefieren lo cordial, el sentimiento. Por eso va al cine a llorar, por eso leen tanta novela rosa o ven telenovelas. Una minoría, generalmente la más preparada y culta, prefiere lo cerebral.
Pero basta de palabrería. Es necesario poner ejemplos teatrales. Empecemos con personajes cerebrales.
EL MENSAJERO.- Ajenos al mundo, se pasean entre las flores ambiguas y aspiran su vaho equívoco, que se extiende como el manto carmesí del delirio y luego se desvanece, sin dejar huella, como las imágenes nocturnas se disuelven en el agua del alba. Y del mismo modo, en el espacio de unas horas, aparecieron y desaparecieron de la mano derecha de Juan- la misma que Beatriz había rozado un día antes- cinco pequeñas manchas rojas, parecidas a cinco flores minúsculas. Pero ellos no preguntan, no dudan y ni siquiera sueñan: se contemplan, se respiran. ¿Respiran la vida o la muerte? Ni Juan ni Beatriz piensan en la muerte o en la vida, en Dios o el Diablo. No les importa salvar su alma ni conquistar riqueza o poder, ser felices o hacer felices a los demás. Les basta con estar frente a frente y mirarse. Uno en torno del otro, como dos estrellas enamoradas. El da vueltas alrededor de ella, que gira sobre sí misma; los círculos que él describe son cada vez más estrechos; entonces ella se queda quieta y empieza a cerrarse, pétalo a pétalo, como una flor nocturna, hasta que se vuelve impenetrable...
(LA HIJA DE RAPACCINI, de Octavio Paz)
¿Quieren otro ejemplo?
INTERMEDIARIA.- En este libro hay imágenes de animales.( Lo abre) Daré noticias de ellos. El perro está inscrito aquí como guardián de la integridad física del hombre que le haya sido designado, único entre la bestias, posee sentido de propiedad, siempre nos dice: "mi casa, mi patio, mi árbol, mi dinero, mi amo, mi amor" . Lo cuida y lo defiende como un avaro, como un apasionado; descubre así ladrones, descubre a pedigüeños, descubre cobradores, y a todos ladra y agrede. “Yo protejo a mi amor y al mundo. El cree que su casa es el eje del mundo. (Otra hoja) El gato cuida la integridad espiritual de quienes considera sus amigos. El recoge las sombras, él expulsa las malas voluntades; hace pequeños sacrificios sangrientos en bien la casa; mata ratones huidizos, aves canoras y pollos asombrados; luego, con la presa entre los dientes realizará un rito. En la noche va a la azotea; analiza los halos, las ondas, los vapores, consulta el aire, se le confían tareas, corre y da gritos, espeluznados, se perpetúa...
(YO TAMBIÉN HABLO DE LA ROSA, de Emilio Carballido)
Examinemos a un personaje cordial. A uno o a varios.
NANA.- Buenos días, Don Silvestre, dichosos los ojos.
SILVESTRE.- Buenas tardes, Lolita. (Saca su reloj y lo ve) Porque ya pasan de las doce. ¿Cómo están las señoritas?
NANA.- ¡ Uy! Muy bien, pero pase usted. (Entran) A ver, deme su sombrero y su bastón.
SILVESTRE.- ¡Pero Lolita! ¿Cómo se va a molestar? ( Se los da)
NANA.- (Recibiéndolos) Démelos usted, no faltaba más.
SILVESTRE.- (Se sienta) Muchas gracias, Lolita, usted siempre tan amable. (Se seca el sudor) ¡Qué calorón!. Completamente inaguantable, dice el periódico que en México llueve y hace frío...ya nadie los entiende... ¿Están las señoritas?
NANA.- (Turbada) Este...no...aún no llegan, fueron a misa de doce, no han de tardar.
SILVESTRE.- ¡Pero qué extraño! Ellas siempre van a misa de ocho, sobre todo los domingos a la misa de las Hijas de María.(Pausa) Las extrañé. (Alarmado) Dígame... ¿ está mala alguna de ellas?
NANA.- No, qué va, si nunca se han sentido mejor. Voy a traerle su taburetito para los pies.
SILVESTRE.- No, no se moleste Lolita, muchas gracias, mejor regreso después de comer cuando repose la comida y duerma mi siestecita... (Silencio) Supe que hace varios días rentaron el cuarto...
NANA.- Sí, a un joven de México, contador del banco, vino desde allá, o lo mandaron, yo no sé, pero muy buena persona, muy decente y bien parecido.
(SEÑORITAS A DISGUSTO, de Antonio González Caballero)
En este momento les propongo un monólogo cordial.
JACINTO.- (Completamente sobrio) Cómo no voy a estarle agradecido si me tendió la mano y me dio trabajo cuando llegué a México...Para qué me quedaba en mi pueblo: allá no más había malos recuerdos. (Pausa) Yo tenía un hijo, ¿sabe usted? El único del que estaba seguro que era mío. Los demás quién sabe, se hablaba tanto de la Rosa. Pero de él sí estaba seguro porque cuando lo hice andábamos lejos de Ixtlán y la Rosa no pudo ver más hombre que yo durante meses y meses. ¡Era el chamaco más vivo del mundo! Se parecía a mí; no era chillón, ni remilgoso, ni pegado a su madre. Se le miraba ya el entendimiento avispado y por eso yo me lo llevaba a explicarle cómo es la gente y cómo es que el sol se deja ver por un lado y se mete por el otro...Una noche me quedé con él en el cerro nomás para cumplirle la curiosidad que el chamaco tenía de ver las estrellas y sentir el frío del monte y oír al coyote. ¡Y cuándo le enseñé a cazar víboras!...
(LOS ALBAÑILES. de Vicente Leñero)
Para terminar dos diálogos viscerales.
BERTHA.- ¿Ya llegaste?
NICOLASA.- ¿ No estás viéndome!
BERTHA.- ¿No te atropellaron?
NICOLASA- ¿Me falta alguna pierna?
BERTHA.- ¿Cuánto gastaste?
NICOLASA.- ¿Cuánto quieres que me haya gastado si sólo me diste tres pesos?
BERTHA.- ¿Y te los acabaste?
NICOLASA.- Completamente.
BERTHA.- Entre tú y el sinvergüenza del marido de Clotilde van a dejarme en la calle.
(CLOTILDE EN SU CASA, de Jorge Ibargüengoitia)
ELVIA.- (Oliendo una prenda de ropa) Huele a vainilla, a lodo, a sangre calentada, a piel sudada; huele a él.
LUCÍA.- ¿No la lavaste? Debe oler a jabón.
ELVIA.- Nada consigue que desaparezca su olor, ni jabones ni vientos, ni aguas de mar o río, esencias de jazmín o de rosas. Mira, huele. (Le acerca la ropa, Lucía la rechaza)
LUCÍA.- No me interesa su olor.
ELVIA.- ¿Estás segura?
LUCÍA.- Sí.
ELVIA.- Pienso lo contrario. (Se descubre el pecho) Mi piel huele a él. ¡Huele mi pecho! (Lucía le da la espalda) ¿No quieres? ¡Huele mi vientre, huele mi sexo! Es su olor junto al mío. ¿Entiendes? ¡El suyo y el mío! Olores confundidos en uno solo igual que se confunde su cuerpo en el mío.
LUCÍA.- ¡Mentira!
ELVIA.- ¿Mentira? (La toma de los hombros, le da media vuelta para tenerla frente a frente. Se desnuda el pecho totalmente) ¡Huele mi piel y olerás la suya, obsérvala y verás las huellas de sus dedos, de sus uñas, de sus dientes. Mira estas heridas. (Se toma un seno y lo muestra) ¡Son heridas de amor!
LUCÍA.- (Trata de salir) ¡No es verdad, no lo es!
ELVIA.- ¿No quieres verlas?... ¡Contesta!
LUCÍA.- ¡Basta!
ELVIA.- (Vistiéndose) Eso es. ¡Basta. Basta! ¿Entendiste? ¡Marco es mi marido!
LUCÍA.- ¡Es mi padre!
ELVIA.- No lo tratas como tal, lo tratas como hombre.
LUCÍA.- Lo es.
ELVIA.- ¡Pero no para ti, no para ti!
(GALOPA, GALOPA, de Tomás Urtusástegui)
Ejemplos de lo que puede ser cerebral, cordial y visceral los encontramos con facilidad en nuestras canciones.
Comencemos con las cordiales que son la mayoría.
Cuando un amor se va,
¡qué desesperación!...
Cuando un cariño vuela
nada consuela mi corazón.
Dan ganas de llorar,
no es fácil olvidar
al querer que nos deja
y que se aleja sin compasión.
No puedo comprender
qué cosa es el amor
si lo que más quería,
el alma mía me abandonó.
Pero no hay que llorar,
hay que saber perder,
lo mismo pierde un hombre
que una mujer.
(HAY QUE SABER PERDER, de Abel Domínguez)
¿Están de acuerdo en seguir con una canción visceral que nos duela?
Creibas que no había de hallar
amor como el que perdí,
tan al pelo lo jallé
que ni me acuerdo de ti.
Una sota y un caballo,
burlarse querían de mí.
¡ Ay! ¡Malaya quién dijo miedo
si para morir nací!
Amigos, les contaré
una aición particular,
si me queren, sé querer,
si me olvidan, sé olvidar
y un orgullo sólo tengo
que a naiden le sé rogar.
¡Ay! que la chancla que yo tiro
no la guelvo a levantar.
(LA CHANCLA, de Alfonso Esparza Otero)
Canciones cerebrales hay menos. La mayoría hablan de amores y desamores, las cerebrales tendrían que hablar de otros tópicos. Veamos una de Luis Arcaraz.
El que pierde una mujer
no sabe lo que gana,
pues si se nos va un querer
otro vendrá mañana.
Dale amor a una mujer
y verás cómo te paga:
o te engaña o te empalaga
o se busca otro querer.
El que no quiera sufrir
que se mire en este espejo,
yo nomás doy el consejo
por sí lo quieren seguir...
(EL QUE PIERDE UNA MUJER)
Seguimos con una tarea para ustedes. Escriban diálogos cortos entre personas cerebrales, cordiales o viscerales. Mézclenlas. Improvisen escenas con estos tipos de personajes. Piensen cómo caminan, cómo hablan, cómo se visten.¿ Qué esperan para hacerlo?
Volvamos a la trayectoria. ¿Será posible que un personaje silueta pueda llegar, en una obra de teatro, a ser un personaje carácter? Por supuesto que sí. En la primera escena entra junto a un grupo de personas. Con ellas permanece sin hablar ni hacer nada unos minutos. Es una silueta. De pronto habla, nos damos cuenta que es un obrero por su vestimenta y por su lenguaje. Ya se volvió tipo. Se convierte posteriormente en un líder, lucha, ve que su causa está perdida, abandona la lucha y su trabajo, se va del pueblo derrotado. Ya es un carácter. Otra pregunta. ¿Será posible que un personaje carácter, en una o obra de teatro, pueda llegar a ser silueta? ¡Jamás! Un personaje carácter es un ser complejo, con vicios y etc. etc. Sería imposible que si ya lo conocemos como un ser tanático, avaro, que estafó a la familia, regrese en otra escena a ser un tipo y después una silueta. Eso puede suceder en la vida real. Yo soy todo un carácter, en la calle seré una silueta y en mi trabajo un tipo. En el teatro esto no es posible. Por ejemplo, si ya conocemos a Cesar, el del GESTICULADOR y sabemos de su engaño, de lo que piensa y hace, jamás será en el tercer acto un desconocido. Siempre seguirá siendo Cesar. Un autor, por error, puede quitarle importancia y hasta desaparecer a un carácter. Pero repito que será error del autor y el público no se engañará.
Ya estudiamos todos los personajes teatrales. Podemos agregar algunas generalidades acerca de ellos.
Los personajes deben ser siempre congruentes consigo mismos, con su edad, su posición social y cultural, con el género y estilo de la obra, con la situación. A un personaje de pieza no se le debe hacer que se eche un pedo, a uno de farsa sí.
Los personajes caracteres generalmente toman una decisión que les hará cambiar su vida. Nora se va de su casa, a Cesar lo matan.
Gené dice: " Los personajes deben establecer un vínculo fuerte entre todos, deben poder ser modificados, deben establecer una lucha de opuestos en permanente crisis y accionar de tal manera que la intensidad dramática crezca gradualmente"
A los personajes carácter les corresponde, de las elementos del diálogo teatral, el carácter. Ya dijimos que a los tipos les corresponde el color.
Ahora una pregunta personal a cada uno de ustedes. ¿Qué clase de personaje creen ser? ¿Una silueta, un tipo o un carácter? Ya sé que todos respondieron que carácter. Es posible, pero lo que sí es seguro es que todos somos tipos. Un noventa o noventa y cinco por ciento de nuestra vida la vivimos como siluetas o tipos. Carácter seremos en un momento y en medio de un grupo muy limitado. Normalmente seremos el transeúnte, el maestro, el padre, el esposo, el hijo, el médico, el cura, el abuelo, el viejo, el niño, el policía, la prostituta, el cartero, el amigo, el extranjero, el norteño. Aún para los más cercanos somos tipos: padre, madre, hijo, nieto, yerno, suegra, amigo. Como tales nos comportamos. Y si todos somos tipos lo más natural es que sean estos personajes los que podamos trabajar mejor en el teatro.
Una última idea sobre los personajes caracteres. La tragedia del ser erótico es no poder evitar el reto y con ello permitir que lo destruyan. La tragedia del tanático es el estupor. La destrucción del erótico provoca horror, la del tanático compasión.
No olvidar que todos nosotros, y los personajes también, somos animales de costumbres. Somos así por la razón de que esto nos da seguridad. Si nos sentamos siempre en la misma silla del salón de clases nos da seguridad que nuestro vecino no nos van a molestar, que ahí el profesor no ve si saco un acordeón, que durante la clase me puedo echar un sueñito sin que se note.
Otro dato importante es que nosotros, y los personajes, actuamos debido, en mucho, por obedecer a nuestros instintos primarios: el de conservación, el de reproducción, el de poder, el de libertad, el del conocimiento.
sábado, 2 de octubre de 2010
Capitulo XXII Tanatismo y erotismo
CAPITULO XXII
TANATISMO Y EROTISMO
Vamos a pasar a una parte que implica mayor dificultad para entender pero que es muy importante para la creación de un personaje. Hablo del erotismo y el tanatismo.
Cada vez que llego a este punto pregunto a los que llevan mi taller que qué entienden ellos por erotismo. La respuesta, en la mayoría de los casos, es sexo y todo lo que se relacione con él; unos pocos contestan que todo lo que tiene que ver con lo sensual, con los sentidos. Y no, erótico no es precisamente eso. Erótico, que viene de Eros, amor, se refiere a amor a la vida, a todo lo relacionado con ella. El sexo es parte fundamental pues es por medio de él que los seres vivos se pueden reproducir, sin sexo la vida se acabaría en una generación. Cualquier acto que se relacione con la vida, con el gusto por ella, con la creación, será erótico. En cambio todo lo que esté relacionado con la muerte, que hable de ella, que se interese en ella, será tanático. Tánatos viene de la misma palabra griega y quiere decir muerte. Si yo pienso frecuentemente en ella, la deseo, o por lo contrario, le tengo miedo, seré un ser tanático. Los humanos somos al mismo tiempo eróticos y tanáticos, de la misma forma que sucede con el sexo, todos somos masculinos y femeninos, pero igual que sucede en la esfera sexual, siempre va a predominar alguna de las dos fuerzas. Los seres masculinos tendrán mucho más hormonas masculinas que femeninas; los seres femeninos más hormonas femeninas que masculinas. De igual manera seremos más eróticos que tanáticos o más tanáticos que eróticos. Jamás se encontrará al erótico puro como tampoco al masculino puro.
Al nacer todos seremos eróticos ya que nuestra única finalidad es vivir, después conocer la vida y disfrutarla. Primero nuestros padres y después la escuela y la sociedad, entre la que está incluida, como factor muy importante, la iglesia, se encargarán de frenar nuestros impulsos eróticos para inculcarnos de golpe o poco a poco lo tanático. Afortunadamente no siempre lo consiguen y algunas personas logran llegar a la edad adulta siendo eróticos. La edad, las enfermedades, los problemas, los conocimientos y la misma vida, se encargarán de subrayar lo tanático para hacerlo resaltar sobre lo erótico. Es importante recalcar que cualquiera de nosotros en un momento dado puede cambiar su fuerza debido a circunstancias o a la evolución personal. Un triunfo nos vuelve eróticos, un fracaso tanáticos. Lo que es cierto que una de estas dos fuerzas será la que predomine en el transcurso de nuestra vida y será la que nos de una serie de elementos que nos diferencien de los demás. Un ser erótico será constructivo, creativo; uno tanático será contemplativo. Muy en general el niño es erótico, el adolescente continúa siendo erótico, el joven ya se puede dividir en erótico y tanático, los adultos predominan en su tanatismo y el anciano es en la mayor parte de las veces un ser tanático. No es una regla general pues podemos encontrar niños tanáticos y ancianos eróticos, basta para esto observar a los niños de la clase lúmpen, a los adolescentes marginados.
También como rasgos generales vamos a ver a continuación como se comportan los seres eróticos y tanáticos en distintas circunstancias y ante diferentes estímulos. ¿Cómo piensan ustedes que se comportan frente a la comida? El ser erótico come por el placer que le producen los alimentos. Al levantarse ya está pensando si va a desayunar chilaquiles o un bistec a la mexicana con mucha salsa. De sólo pensarlo se le hace agua la boca. Cuando esté frente al plato lo observará, lo olerá, comerá saboreando cada cucharada. Al final podrá eructar de felicidad. Su tiempo de alimentación será sagrado. Le gustará comer acompañado de la familia o de amigos, cuando pueda irá a restaurantes de su gusto, conocerá diferentes cocinas mundiales, probará todo lo nuevo. En cambio el tanático comerá para satisfacer su necesidad de alimentarse. Prácticamente nunca tiene antojos. Puede comer leyendo el periódico o viendo la televisión. Lo mismo le da que le sirvan una cosa que otra. Comerá con prisa. Si se le pregunta en la noche que comió al mediodía es posible que no lo recuerde. En los viajes preferirá no comer platos especiales para poder ahorrar dinero. No le gustará probar nuevos platillos. En general los vegetarianos entran en esta categoría.
¿Cómo se comportan en el trabajo? El erótico organiza, busca nuevas formas, disfruta lo que hace pero no se conforma. Si el trabajo deja de producirle placer, o deja de ser un reto personal, lo abandona para buscar otro trabajo más interesante. No acepta injusticias. Puede ser el líder que organice una huelga. Siempre es creativo y luchador. Muy difícilmente llega a la jubilación pues no dura mucho en un solo lugar. El tanático en cambio siempre llega a la edad de jubilación, es obediente, cumple estrictamente con lo que le mandan, pero no hace más; checa a tiempo su tarjeta de entrada y salida, procura evitar cualquier queja, no se mete en líos o pleitos. Si no es observado deja de hacer su trabajo ya que éste no le entusiasma. No cambia de trabajo por miedo. Es muy posible que se viva quejando con los amigos o con la familia de lo pesado de su labor, de lo mal que lo tratan, de lo poco que le pagan, de los favoritismos que existen en su empresa, pero no hará nada para que se modifiquen estos males.
En el hogar el tanático es tranquilo, cede con la mujer y los hijos para no tener problemas, es metódico, aburrido, ordenado. Le molesta cualquier cambio en la casa. Puede pasar horas enteras sentado frente al televisor. Platica con la familia lo más indispensable. El erótico procurará solucionar todos los problemas de la familia, buscará diversas actividades para él y para su mujer e hijos, cambiará frecuentemente el orden de los muebles y los cuadros, traerá nuevos elementos de decoración, es inquieto, le aburre la televisión, exige acción a todos los que lo rodean.
En los deportes el tanático es espectador. Su placer es contemplar en su aparato de televisión su deporte favorito. Si llega a hacer o practicar algún ejercicio será por prescripción médica. El erótico practicará los deportes, preferirá jugar al futball con un grupo de niños que pasarse horas enteras viéndolo en la pantalla. Gozará el deporte elegido por él, será competitivo, llegará a ser el capitán del equipo. Lucirá por su creatividad y empuje. Puede ser muy violento y pasional.
¿Cuál de los dos puede llegar a ser fanático en religión? El erótico. Este se puede apasionar y llegar a matar o dejarse matar por una idea. Pero igual puede en un momento dejar de creer, volverse ateo. Se interesará por todas las religiones. No cree en el diablo ni en el cielo. El erótico cuestiona todo, hasta lo que la iglesia dice que no se debe cuestionar. Odia las obligaciones religiosas como ir a misa cada semana. El tanático en cambio cumplirá con todas las obligaciones religiosas, irá, si es católico, a misa, comulgará cada primer viernes, rezará en su casa. Todo esto lo hará por el miedo al más allá, al infierno. Cree en el pecado, en el cielo y el infierno, en los ángeles, diablos y santos. Difícilmente ofrendará su vida por la religión.
¿Cómo se comportan sexualmente? El tanático cumple por obligación y por el instinto de reproducción. No goza o lo hace muy levemente. Si el sexo llega a producirle mucho placer se llenará de sentimiento de culpa. El sexo le suele parecer sucio. Nunca se preocupa por hacer gozar a su pareja. Será metódico, hará el amor a una hora determinada, generalmente de noche y a oscuras. El erótico disfruta plenamente el acto sexual y los preámbulos a éste, busca nuevas técnicas y las trata de poner en práctica. Es curioso. Busca diferentes lugares y horas para hacer el amor. Puede llegar a ser muy creativo. El tanático será fiel, el erótico difícilmente lo será.
¿Cuál de los dos ve revistas o películas pornográficas? ¿El erótico? No. Los dos. El erótico las ve para divertirse, excitarse o para aprender. El tanático las ve a escondidas con un gran sentimiento de culpa. El primero tendrá relaciones con su pareja después de excitarse con la película, el segundo irá al baño a masturbarse.
¿Y qué sucede con el amor? El erótico será apasionado, al sentirse traicionado odiará con fuerza, puede llegar hasta el crimen. El tanático no se apasiona, buscará una pareja que le convenga para llenar sus necesidades sociales, caseras y económicas. El erótico buscará una pareja con la cual competir, el tanático una que lo dirija, le ordene. Si el tanático es traicionado no lo creerá o se divorciará buscando un entendimiento en cuanto al dinero o a los hijos. Ambos desearán casarse con una mujer erótica, el primero para competir y el segundo para doblegarse. El primero se casa con esa mujer, el segundo preferirá una tanática.
En las artes uno es creativo, el otro contemplativo. Vayamos a la filosofía. ¿Cuál de los dos tiene mayor posibilidad de llegar a ser un gran filósofo? Si contestaron que el erótico están muy equivocados. El erótico vive la vida, el tanático es el que la piensa, la cuestiona, la trata de explicar. El tanático también es el gran coleccionista, el historiador, el investigador. Al erótico le gusta el cambio.
¿Quién de los dos tiene mayor cantidad y mejores amigos? Tampoco es el erótico. El erótico tiene amigos de momento, los que le convienen en alguna circunstancia ya sea deportiva o de trabajo. Por ellos puede dar la vida y odiarlos si siente traicionado. El jamás perdona. El tanático conserva los viejos amigos, los procura, no le gusta hacer nuevas amistades. Si lo traicionan perdona. Perdona por miedo. Y por miedo no le gusta salir de su casa de noche, cierra su casa con muchos candados, pone varias alarmas a su auto. Procura que las reuniones de amigos sean temprano. El erótico es muy social, le gusta lucirse, es buen bailarín, con todos se lleva y con todos bebe la copa. Es amiguero pero no amigo. El sí sale de noche a cuanta invitación le hagan.
¿Cómo visten? El tanático será conservador, cuidará su apariencia, vestirá de gris, café o tonos opacos. Si es hombre usará corbata, la mujer falda o vestidos no llamativos. También puede ser descuidado con su ropa, llevarla sucia o arrugada. El erótico viste a la moda, usará colores y formas llamativas pero que le vayan bien.
¿Cuál de los dos cuida más su salud? ¿El erótico que quiere vivir sano o el tanático que piensa en la muerte? El que más la cuida es el tanático; al pensar en la muerte piensa en las enfermedades y trata de evitarlas. Se aparta de lo que lo pueda dañar. Fácilmente se vuelve hipocondríaco. El erótico busca disfrutar la vida a pesar de los riesgos. Con tal de disfrutar del sexo no le importa que le peguen una gonorrea, por disfrutar una buena comida no le importa una posible indigestión, con tal de disfrutar la vista desde lo alto de la montaña no piensa en una pulmonía, en una caída o cualquier otro riesgo. El tanático no se expone. Si hace frío usará ropa gruesa, guantes y bufanda.
¿Cuál de los dos piensan ustedes que pueda volverse drogadicto? Piensen un poco. ¿Seguro que el erótico? ¿No será más bien el tanático? El que puede volverse drogadicto, alcohólico o farmacodependiente es el...tanático. El erótico jamás aceptará depender de ellas como no acepta depender de nadie. El erótico es capaz de probar todas las drogas para ver que se siente. El tanático las usará como otra forma de morir.
¿A cuál de los dos le importa la moral? Sí, contestaron bien. Al tanático. El siempre estará atento del qué dirán, de lo que ordene la iglesia o la sociedad. El erótico se reirá de los principios morales y tratará de trasgredirlos. En cambio luchará hasta la muerte por los principios éticos: vida, libertad, amor, justicia. Al tanático los principios éticos le causan temor.
¿Y en el mando, cómo actúa cada uno? El tanático prefiere obedecer, buscará un jefe que lo dirija llámese éste madre, esposa, director, capitán, profesor, cura, psiquiatra, jefe o padre. El erótico está hecho para mandar.
¿Cuál de los dos acudirá regularmente con el psiquiatra? Para qué preguntarlo, por supuesto que es el tanático. Al erótico lo llevan, él no irá por su cuenta.
Podríamos seguir poniendo ejemplos. Con los anteriores creo que basta. Una última pregunta. ¿Cuál de los dos creen ustedes que muere primero, el erótico o el tanático? No, no contesten tan rápido, piénsenlo un poco. El que muere generalmente joven es el erótico. Sí, no me equivoqué. El erótico muere primero porque es el que se expone constantemente. Es capaz de correr en su auto a 200 kilómetros por hora, lanzarse en paracaídas, sumergirse en el fondo del mar, pelear en una cantina, encabezar una manifestación contra el gobierno. El tanático no. El estará pensando en la muerte y como evitarla. Si existe el menor riesgo en algo lo evitará. Vivirá muchos años quejándose de sus enfermedades, de sus achaques, de todo, pero vivirá.
Entre mayor número de las características que acabamos de ver tenga cada uno de nosotros seremos o más eróticos o más tanáticos. ¿Ustedes que creen ser, tanáticos o eróticos? Ya sé lo que me van a contestar, nunca falla. Todos son eróticos. ¿No es así? ¿Si les pregunto que qué somos los mexicanos también todos van a contestar que tanáticos, que México es tanático como son la mayoría de los países latinos, díganlo sino las canciones populares y la mayoría de nuestras tradiciones que son las que nos reflejan. El mexicano se vive llorando a la mujer que lo abandonó, el argentino y el uruguayo ya ni se diga. El tango es cien por ciento tanático en su contenido. Curiosamente el baile y la música no lo son. ¿Entonces que son ustedes?
Hagamos un pequeño resumen de cada uno de ellos. El tanático es fatalista, opacado, introvertido, espectador, masoquista, poco creativo, púdico, débil, enfermizo, cobarde, huidizo, pensador, filósofo, sumiso, tibio, coleccionista, amigo, observador, poco excitable. Es un ser que no encuentra fácilmente solución a sus problemas, que se le cierra el mundo. Fácilmente cae en la depresión. Es cerebral. Puede caer en la drogadicción o el alcoholismo. Es dependiente.
El erótico es un ser constructivo, actor de los acontecimientos, sexual, sádico, sano, extrovertido, valiente, elegante, pasional, alegre, con don de mando, que muere generalmente joven, se enfrenta a los acontecimientos y circunstancias. Es infiel con la esposa y los amigos. Generalmente es inculto y no siempre inteligente. Es visceral. Sabe gozar la vida. Es apasionado.
El personaje erótico busca una catástrofe menor para hacerla mayor, cuando llega esta, si no sucumbe, regresa con un gran sentido de seguridad y no trata de repetir la experiencia. El tanático desencadena pequeñas catástrofes para irse destruyendo poco a poco, hasta llegar a una catástrofe profunda. Se engolosina en el horror y descubre su capacidad catastrófica y continua en ella.
Para combatir el subconsciente tanático éste debe canalizarse, expresarse y sublimarse. Es el modo de combatir la neurosis, en especial la depresiva. El mexicano es paranoico por excelencia. Huye del éxito. Los tanáticos desean regresar a la pureza a través de la muerte.
Sin ser una regla se puede decir que los personajes de pieza serán tanáticos, los de tragedia, comedia y farsa serán eróticos; los de melodrama tanáticos, los de tragicomedia eróticos. Repito que no es una regla pero sirve.
Sigamos con ejemplos prácticos en los que se pueda aplicar el término tanático o el erótico. ¿Una actriz con personajes tanáticos? Tenemos muchas: Libertad Lamarque, Sara García, Marga López. ¿Una erótica? María Félix. ¿Qué es Sofía Loren? Claro, erótica. Un director de cine tanático: Igmar Berman. Uno erótico: Fellini. Actores eróticos: Brando, Belmondo, Stallone. Vamos a revisar a los políticos. ¿ Qué es para ustedes Adolfo Hitler? ¿Por qué contestan que tanático? ¿ Porque mataba? No. Hitler era erótico. Recuerden que los sádicos, los que tienen poder son eróticos. Cualquier político, incluyendo a Gandhi, son eróticos porque todos lucharon y consiguieron el poder. Los criminales son eróticos en general así como la mayoría de los grandes pensadores son tanáticos. No se avergüencen de ser tanáticos, si es que lo son. Tan bueno es ser erótico como tanático e igual de malo ser uno o el otro, lo importante es saber manejar nuestro erotismo o nuestro tanatismo.
Pero sigamos con los ejemplos. Hablo en general. ¿Qué países son más eróticos o tanáticos? Son eróticos los sajones: EE UU, Alemania, Suecia. Ellos pelean por el poder, destruyen todo, son activos, les importa poco el pasado, para ellos es más importante el presente o el futuro, sobre todo el presente. Son tanáticos los pueblos latinos.
Sigan buscando personajes tanáticos o eróticos. Les iba a pedir que no traten de estudiar a sus familiares o amigos, ya que estos parámetros no son muy estrictos ni muy científicos. Pero estoy seguro que ya lo hicieron. ¿O no? Para mí es más importante que los apliquen a sus personajes que para eso los anoté. A ellos si pueden hacerlos todo lo tanático o erótico que ustedes quieran.
¿Y cómo aplicar estos conocimientos en una obra teatral? Vean cómo lo han hecho algunos autores.
NORA.- Recién he llegado. (Se guarda el cucurucho de almendras en el bolsillo y se limpia la boca) Acércate, Torvaldo; mira las cosas que he comprado.
HELMER.- No me interrumpas. (Momento después abre la puerta y aparece con la pluma en la mano, observando en todas direcciones) ¿Comprado dices? ¿Todo eso? ¿Otra vez ha encontrado la niñita manera de gastar el dinero?
NORA.- Pero, ¡Torvaldo! Este año aún estamos en condiciones de hacer algunos gastos más. Es la primera Navidad en que no estamos obligados a andar con escasez.
HELMER.- Sí...Pero tampoco podemos despilfarrar.
NORA.- Un poco, Torvaldo, sólo un poquitín, ¿no? Ahora que vas a recibir un sueldo mayor, y que ganarás mucho, mucho dinero...
HELMER.- Sí, a partir del año próximo; pero tendrá que pasar un trimestre antes de recibir nada.
NORA.- ¿Y eso qué importa? Mientras, pedimos prestado.
HELMER.- ¡Nora! ¡Siempre con esa misma ligereza! Suponte que solicito prestados hoy mil coronas, que tú las gastas durante las pascuas de Navidad, que la víspera del año nuevo me cae una teja en la cabeza, y que...
NORA.- (Tapándose la boca con la mano) Cállate y no pienses en esas cosas.
HELMER.- Pero suponte que sucediera. ¿Y entonces?
NORA.- Si ocurriera tal cosa..., me daría igual tener deudas que no tenerlas.
HELMER.- ¿Y las personas que me hubieran facilitado el dinero?
NORA.- ¿Quién se acuerda de ellas? Son personas extrañas.
(CASA DE MUÑECAS, de E. Ibsen)
Repitan la lectura de los diálogos anteriores. Van a ver que cada vez que habla Nora lo hace de una manera erótica. Su marido lo hace tanáticamente. ¿Verdad que sí? Les voy a poner otro ejemplo de mujer erótica casada con un tanático. El autor es mexicano.
PIEDAD.- Están sonando las once. A ver... ¿qué es eso?
GELASIO.- (Mostrándole una hoja) Este es el certificado. No tienes idea qué trabajo me costó sacárselo.
PIEDAD.- ¿Cuánto le pagaste?
GELASIO.- No quiso nada. Me dijo que hasta que de veras se muriera papá, me diría cuánto.
PIEDAD.- ¡Ah, cómo serás...! ¿No ves que así querrá cobrarte más? Con eso de que ni nosotros sabemos cuándo deje de herencia, a la hora de cobrar, todos van a querer encajarse.
GELASIO.- Tal vez...Oye, he estado pensando y pensando en las consecuencias que nos puede traer esto.
PIEDAD.- ¿Y las ventajas, no cuentan? Piensa también en ellas. Al fin que a más tardar, tu padre se morirá hoy. Ya ves que ni puede respirar. Todo el tiempo con el ruido ese en la garganta. Y si se muere- como espero en Dios- esta noche, ya mañana lunes podemos ir al solar. ¡Todo está descuidado por culpa de su maldita agonía que no termina nunca!
GELASIO.- Pero es que...No, Piedad, no me parece bien que hagamos esto.
(LOS CUERVOS ESTÁN DE LUTO, de Hugo Argüelles)
En seguida un diálogo entre dos homosexuales. Estos normalmente son tanáticos ya que no pueden reproducir la vida.
ROLANDO.- Es que qué vas a hacer, no te vayas.
MANZANITA.- Si no me voy ahora ya no me voy. A qué me quedo. Que el Cuervo diga lo que quiera cuantas veces quiera, no me importa; ya me cansé de que me amenace, me choca, lo odio, lo aborrezco, no puedo estar a gusto en ninguna parte porque ahí ha de llegar; ya no me puedo aguantar, no tengo por qué. Yo esperaba que el Pabilo la chocara conmigo pero nunca va a querer; le hablé y como si nada, se cambió a carpintería para no estar conmigo en la parcela, no se sienta conmigo en el salón, ni sus cuentitos me quiere enseñar...y todo por este desgraciado.
(SANTA CATALINA, de Oscar Villegas)
Como Manzanita los tanáticos viven quejándose pero no hacen nada o hacen poco para remediar su situación. ¿Canciones tanáticas? Abran ustedes un cancionero mexicano y las encontrarán en cada hoja.
¡Qué lejos estoy del suelo donde he nacido:
inmensa nostalgia invade mi pensamiento,
y al verme tan solo y triste cual hoja al viento
quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento.
CANCIÓN MIXTECA, de José López Alavés)
Si viajamos más al sur de América:
Y triste el jibarito va,
pensando así, diciendo así, llorando así,
por el camino...
¡ Qué será de Borinquen, mi Dios querido,
que será de mis hijos y de mi hogar!
(LAMENTO BORINCANO, de Rafael Hernández)
Hasta llegar al Cono Sur:
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir
que es un soplo la vida;
que veinte años no es nada
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
(VOLVER, de Carlos Gardel)
Prácticamente todas las canciones rancheras de José Alfredo Jiménez son tanáticas:
Me cansé de rogarle, me cansé de decirle
que yo sin ella de pena muero;
ya no quiso escucharme
si sus labios se abrieron,
fue pa'decirme:
¡Ya no te quiero!
(ELLA)
En cambio la mayoría de las canciones de Agustín Lara son eróticas. Eróticas son FAROLITO, MUJER, VERACRUZ, sus canciones españolas y muchas más.
Mujer, mujer divina,
tienes el veneno que fascina en tu mirar,
Mujer alabastrina,
eres vibración de sonatina pasional.
Tienes el perfume de un naranjo en flor,
el altivo porte de una majestad,
Sabes de los filtros que hay en el amor,
tienes el hechizo de la liviandad.
La divina magia de un atardecer
y la maravilla de la inspiración.
Tienes en el ritmo de tu ser
todo el palpitar de una canción...
Eres la razón de mi existir: mujer.
(MUJER)
Otra canción erótica, esta sobre la ciudad de México:
Mi ciudad
es chinampa en un lago escondido,
es zenzontle
que busca a dónde hacer nido.
Rehilete
que engaña la vista al mirar.
Baila al son
del tequila y de su valentía,
es jinete que arriesga la vida
en un lienzo de fiesta y color.
(MI CIUDAD, de Guadalupe Trigo)
Podríamos, si tuviéramos todo el tiempo del mundo, seguir examinando canciones, poemas, obras de teatro, películas, personajes, costumbres. Ustedes lo pueden hacer, si no en este momento sí poco a poco. Hoy esta canción, mañana esa película, pasado mañana a Greta Garbo, el jueves la fiesta de los toros, el viernes el Día de Muertos. Se van a divertir y a aprender mucho.
Es importante saber que todos vivimos continuamente en conflicto por nuestro tanatismo que se opone a nuestro erotismo . Lo tanático frena a lo erótico, lo erótico derrota a lo tanático. Nuestro erotismo nos pide que nos acostemos con todas las mujeres del mundo; nuestro tanatismo nos dice que no es posible, que es peligroso, que nos podemos enfermar. Los personajes también tendrán este tipo de conflicto.
Para terminar con los personajes carácter nos falta el estudio de lo cerebral, lo cordial y lo visceral.
TANATISMO Y EROTISMO
Vamos a pasar a una parte que implica mayor dificultad para entender pero que es muy importante para la creación de un personaje. Hablo del erotismo y el tanatismo.
Cada vez que llego a este punto pregunto a los que llevan mi taller que qué entienden ellos por erotismo. La respuesta, en la mayoría de los casos, es sexo y todo lo que se relacione con él; unos pocos contestan que todo lo que tiene que ver con lo sensual, con los sentidos. Y no, erótico no es precisamente eso. Erótico, que viene de Eros, amor, se refiere a amor a la vida, a todo lo relacionado con ella. El sexo es parte fundamental pues es por medio de él que los seres vivos se pueden reproducir, sin sexo la vida se acabaría en una generación. Cualquier acto que se relacione con la vida, con el gusto por ella, con la creación, será erótico. En cambio todo lo que esté relacionado con la muerte, que hable de ella, que se interese en ella, será tanático. Tánatos viene de la misma palabra griega y quiere decir muerte. Si yo pienso frecuentemente en ella, la deseo, o por lo contrario, le tengo miedo, seré un ser tanático. Los humanos somos al mismo tiempo eróticos y tanáticos, de la misma forma que sucede con el sexo, todos somos masculinos y femeninos, pero igual que sucede en la esfera sexual, siempre va a predominar alguna de las dos fuerzas. Los seres masculinos tendrán mucho más hormonas masculinas que femeninas; los seres femeninos más hormonas femeninas que masculinas. De igual manera seremos más eróticos que tanáticos o más tanáticos que eróticos. Jamás se encontrará al erótico puro como tampoco al masculino puro.
Al nacer todos seremos eróticos ya que nuestra única finalidad es vivir, después conocer la vida y disfrutarla. Primero nuestros padres y después la escuela y la sociedad, entre la que está incluida, como factor muy importante, la iglesia, se encargarán de frenar nuestros impulsos eróticos para inculcarnos de golpe o poco a poco lo tanático. Afortunadamente no siempre lo consiguen y algunas personas logran llegar a la edad adulta siendo eróticos. La edad, las enfermedades, los problemas, los conocimientos y la misma vida, se encargarán de subrayar lo tanático para hacerlo resaltar sobre lo erótico. Es importante recalcar que cualquiera de nosotros en un momento dado puede cambiar su fuerza debido a circunstancias o a la evolución personal. Un triunfo nos vuelve eróticos, un fracaso tanáticos. Lo que es cierto que una de estas dos fuerzas será la que predomine en el transcurso de nuestra vida y será la que nos de una serie de elementos que nos diferencien de los demás. Un ser erótico será constructivo, creativo; uno tanático será contemplativo. Muy en general el niño es erótico, el adolescente continúa siendo erótico, el joven ya se puede dividir en erótico y tanático, los adultos predominan en su tanatismo y el anciano es en la mayor parte de las veces un ser tanático. No es una regla general pues podemos encontrar niños tanáticos y ancianos eróticos, basta para esto observar a los niños de la clase lúmpen, a los adolescentes marginados.
También como rasgos generales vamos a ver a continuación como se comportan los seres eróticos y tanáticos en distintas circunstancias y ante diferentes estímulos. ¿Cómo piensan ustedes que se comportan frente a la comida? El ser erótico come por el placer que le producen los alimentos. Al levantarse ya está pensando si va a desayunar chilaquiles o un bistec a la mexicana con mucha salsa. De sólo pensarlo se le hace agua la boca. Cuando esté frente al plato lo observará, lo olerá, comerá saboreando cada cucharada. Al final podrá eructar de felicidad. Su tiempo de alimentación será sagrado. Le gustará comer acompañado de la familia o de amigos, cuando pueda irá a restaurantes de su gusto, conocerá diferentes cocinas mundiales, probará todo lo nuevo. En cambio el tanático comerá para satisfacer su necesidad de alimentarse. Prácticamente nunca tiene antojos. Puede comer leyendo el periódico o viendo la televisión. Lo mismo le da que le sirvan una cosa que otra. Comerá con prisa. Si se le pregunta en la noche que comió al mediodía es posible que no lo recuerde. En los viajes preferirá no comer platos especiales para poder ahorrar dinero. No le gustará probar nuevos platillos. En general los vegetarianos entran en esta categoría.
¿Cómo se comportan en el trabajo? El erótico organiza, busca nuevas formas, disfruta lo que hace pero no se conforma. Si el trabajo deja de producirle placer, o deja de ser un reto personal, lo abandona para buscar otro trabajo más interesante. No acepta injusticias. Puede ser el líder que organice una huelga. Siempre es creativo y luchador. Muy difícilmente llega a la jubilación pues no dura mucho en un solo lugar. El tanático en cambio siempre llega a la edad de jubilación, es obediente, cumple estrictamente con lo que le mandan, pero no hace más; checa a tiempo su tarjeta de entrada y salida, procura evitar cualquier queja, no se mete en líos o pleitos. Si no es observado deja de hacer su trabajo ya que éste no le entusiasma. No cambia de trabajo por miedo. Es muy posible que se viva quejando con los amigos o con la familia de lo pesado de su labor, de lo mal que lo tratan, de lo poco que le pagan, de los favoritismos que existen en su empresa, pero no hará nada para que se modifiquen estos males.
En el hogar el tanático es tranquilo, cede con la mujer y los hijos para no tener problemas, es metódico, aburrido, ordenado. Le molesta cualquier cambio en la casa. Puede pasar horas enteras sentado frente al televisor. Platica con la familia lo más indispensable. El erótico procurará solucionar todos los problemas de la familia, buscará diversas actividades para él y para su mujer e hijos, cambiará frecuentemente el orden de los muebles y los cuadros, traerá nuevos elementos de decoración, es inquieto, le aburre la televisión, exige acción a todos los que lo rodean.
En los deportes el tanático es espectador. Su placer es contemplar en su aparato de televisión su deporte favorito. Si llega a hacer o practicar algún ejercicio será por prescripción médica. El erótico practicará los deportes, preferirá jugar al futball con un grupo de niños que pasarse horas enteras viéndolo en la pantalla. Gozará el deporte elegido por él, será competitivo, llegará a ser el capitán del equipo. Lucirá por su creatividad y empuje. Puede ser muy violento y pasional.
¿Cuál de los dos puede llegar a ser fanático en religión? El erótico. Este se puede apasionar y llegar a matar o dejarse matar por una idea. Pero igual puede en un momento dejar de creer, volverse ateo. Se interesará por todas las religiones. No cree en el diablo ni en el cielo. El erótico cuestiona todo, hasta lo que la iglesia dice que no se debe cuestionar. Odia las obligaciones religiosas como ir a misa cada semana. El tanático en cambio cumplirá con todas las obligaciones religiosas, irá, si es católico, a misa, comulgará cada primer viernes, rezará en su casa. Todo esto lo hará por el miedo al más allá, al infierno. Cree en el pecado, en el cielo y el infierno, en los ángeles, diablos y santos. Difícilmente ofrendará su vida por la religión.
¿Cómo se comportan sexualmente? El tanático cumple por obligación y por el instinto de reproducción. No goza o lo hace muy levemente. Si el sexo llega a producirle mucho placer se llenará de sentimiento de culpa. El sexo le suele parecer sucio. Nunca se preocupa por hacer gozar a su pareja. Será metódico, hará el amor a una hora determinada, generalmente de noche y a oscuras. El erótico disfruta plenamente el acto sexual y los preámbulos a éste, busca nuevas técnicas y las trata de poner en práctica. Es curioso. Busca diferentes lugares y horas para hacer el amor. Puede llegar a ser muy creativo. El tanático será fiel, el erótico difícilmente lo será.
¿Cuál de los dos ve revistas o películas pornográficas? ¿El erótico? No. Los dos. El erótico las ve para divertirse, excitarse o para aprender. El tanático las ve a escondidas con un gran sentimiento de culpa. El primero tendrá relaciones con su pareja después de excitarse con la película, el segundo irá al baño a masturbarse.
¿Y qué sucede con el amor? El erótico será apasionado, al sentirse traicionado odiará con fuerza, puede llegar hasta el crimen. El tanático no se apasiona, buscará una pareja que le convenga para llenar sus necesidades sociales, caseras y económicas. El erótico buscará una pareja con la cual competir, el tanático una que lo dirija, le ordene. Si el tanático es traicionado no lo creerá o se divorciará buscando un entendimiento en cuanto al dinero o a los hijos. Ambos desearán casarse con una mujer erótica, el primero para competir y el segundo para doblegarse. El primero se casa con esa mujer, el segundo preferirá una tanática.
En las artes uno es creativo, el otro contemplativo. Vayamos a la filosofía. ¿Cuál de los dos tiene mayor posibilidad de llegar a ser un gran filósofo? Si contestaron que el erótico están muy equivocados. El erótico vive la vida, el tanático es el que la piensa, la cuestiona, la trata de explicar. El tanático también es el gran coleccionista, el historiador, el investigador. Al erótico le gusta el cambio.
¿Quién de los dos tiene mayor cantidad y mejores amigos? Tampoco es el erótico. El erótico tiene amigos de momento, los que le convienen en alguna circunstancia ya sea deportiva o de trabajo. Por ellos puede dar la vida y odiarlos si siente traicionado. El jamás perdona. El tanático conserva los viejos amigos, los procura, no le gusta hacer nuevas amistades. Si lo traicionan perdona. Perdona por miedo. Y por miedo no le gusta salir de su casa de noche, cierra su casa con muchos candados, pone varias alarmas a su auto. Procura que las reuniones de amigos sean temprano. El erótico es muy social, le gusta lucirse, es buen bailarín, con todos se lleva y con todos bebe la copa. Es amiguero pero no amigo. El sí sale de noche a cuanta invitación le hagan.
¿Cómo visten? El tanático será conservador, cuidará su apariencia, vestirá de gris, café o tonos opacos. Si es hombre usará corbata, la mujer falda o vestidos no llamativos. También puede ser descuidado con su ropa, llevarla sucia o arrugada. El erótico viste a la moda, usará colores y formas llamativas pero que le vayan bien.
¿Cuál de los dos cuida más su salud? ¿El erótico que quiere vivir sano o el tanático que piensa en la muerte? El que más la cuida es el tanático; al pensar en la muerte piensa en las enfermedades y trata de evitarlas. Se aparta de lo que lo pueda dañar. Fácilmente se vuelve hipocondríaco. El erótico busca disfrutar la vida a pesar de los riesgos. Con tal de disfrutar del sexo no le importa que le peguen una gonorrea, por disfrutar una buena comida no le importa una posible indigestión, con tal de disfrutar la vista desde lo alto de la montaña no piensa en una pulmonía, en una caída o cualquier otro riesgo. El tanático no se expone. Si hace frío usará ropa gruesa, guantes y bufanda.
¿Cuál de los dos piensan ustedes que pueda volverse drogadicto? Piensen un poco. ¿Seguro que el erótico? ¿No será más bien el tanático? El que puede volverse drogadicto, alcohólico o farmacodependiente es el...tanático. El erótico jamás aceptará depender de ellas como no acepta depender de nadie. El erótico es capaz de probar todas las drogas para ver que se siente. El tanático las usará como otra forma de morir.
¿A cuál de los dos le importa la moral? Sí, contestaron bien. Al tanático. El siempre estará atento del qué dirán, de lo que ordene la iglesia o la sociedad. El erótico se reirá de los principios morales y tratará de trasgredirlos. En cambio luchará hasta la muerte por los principios éticos: vida, libertad, amor, justicia. Al tanático los principios éticos le causan temor.
¿Y en el mando, cómo actúa cada uno? El tanático prefiere obedecer, buscará un jefe que lo dirija llámese éste madre, esposa, director, capitán, profesor, cura, psiquiatra, jefe o padre. El erótico está hecho para mandar.
¿Cuál de los dos acudirá regularmente con el psiquiatra? Para qué preguntarlo, por supuesto que es el tanático. Al erótico lo llevan, él no irá por su cuenta.
Podríamos seguir poniendo ejemplos. Con los anteriores creo que basta. Una última pregunta. ¿Cuál de los dos creen ustedes que muere primero, el erótico o el tanático? No, no contesten tan rápido, piénsenlo un poco. El que muere generalmente joven es el erótico. Sí, no me equivoqué. El erótico muere primero porque es el que se expone constantemente. Es capaz de correr en su auto a 200 kilómetros por hora, lanzarse en paracaídas, sumergirse en el fondo del mar, pelear en una cantina, encabezar una manifestación contra el gobierno. El tanático no. El estará pensando en la muerte y como evitarla. Si existe el menor riesgo en algo lo evitará. Vivirá muchos años quejándose de sus enfermedades, de sus achaques, de todo, pero vivirá.
Entre mayor número de las características que acabamos de ver tenga cada uno de nosotros seremos o más eróticos o más tanáticos. ¿Ustedes que creen ser, tanáticos o eróticos? Ya sé lo que me van a contestar, nunca falla. Todos son eróticos. ¿No es así? ¿Si les pregunto que qué somos los mexicanos también todos van a contestar que tanáticos, que México es tanático como son la mayoría de los países latinos, díganlo sino las canciones populares y la mayoría de nuestras tradiciones que son las que nos reflejan. El mexicano se vive llorando a la mujer que lo abandonó, el argentino y el uruguayo ya ni se diga. El tango es cien por ciento tanático en su contenido. Curiosamente el baile y la música no lo son. ¿Entonces que son ustedes?
Hagamos un pequeño resumen de cada uno de ellos. El tanático es fatalista, opacado, introvertido, espectador, masoquista, poco creativo, púdico, débil, enfermizo, cobarde, huidizo, pensador, filósofo, sumiso, tibio, coleccionista, amigo, observador, poco excitable. Es un ser que no encuentra fácilmente solución a sus problemas, que se le cierra el mundo. Fácilmente cae en la depresión. Es cerebral. Puede caer en la drogadicción o el alcoholismo. Es dependiente.
El erótico es un ser constructivo, actor de los acontecimientos, sexual, sádico, sano, extrovertido, valiente, elegante, pasional, alegre, con don de mando, que muere generalmente joven, se enfrenta a los acontecimientos y circunstancias. Es infiel con la esposa y los amigos. Generalmente es inculto y no siempre inteligente. Es visceral. Sabe gozar la vida. Es apasionado.
El personaje erótico busca una catástrofe menor para hacerla mayor, cuando llega esta, si no sucumbe, regresa con un gran sentido de seguridad y no trata de repetir la experiencia. El tanático desencadena pequeñas catástrofes para irse destruyendo poco a poco, hasta llegar a una catástrofe profunda. Se engolosina en el horror y descubre su capacidad catastrófica y continua en ella.
Para combatir el subconsciente tanático éste debe canalizarse, expresarse y sublimarse. Es el modo de combatir la neurosis, en especial la depresiva. El mexicano es paranoico por excelencia. Huye del éxito. Los tanáticos desean regresar a la pureza a través de la muerte.
Sin ser una regla se puede decir que los personajes de pieza serán tanáticos, los de tragedia, comedia y farsa serán eróticos; los de melodrama tanáticos, los de tragicomedia eróticos. Repito que no es una regla pero sirve.
Sigamos con ejemplos prácticos en los que se pueda aplicar el término tanático o el erótico. ¿Una actriz con personajes tanáticos? Tenemos muchas: Libertad Lamarque, Sara García, Marga López. ¿Una erótica? María Félix. ¿Qué es Sofía Loren? Claro, erótica. Un director de cine tanático: Igmar Berman. Uno erótico: Fellini. Actores eróticos: Brando, Belmondo, Stallone. Vamos a revisar a los políticos. ¿ Qué es para ustedes Adolfo Hitler? ¿Por qué contestan que tanático? ¿ Porque mataba? No. Hitler era erótico. Recuerden que los sádicos, los que tienen poder son eróticos. Cualquier político, incluyendo a Gandhi, son eróticos porque todos lucharon y consiguieron el poder. Los criminales son eróticos en general así como la mayoría de los grandes pensadores son tanáticos. No se avergüencen de ser tanáticos, si es que lo son. Tan bueno es ser erótico como tanático e igual de malo ser uno o el otro, lo importante es saber manejar nuestro erotismo o nuestro tanatismo.
Pero sigamos con los ejemplos. Hablo en general. ¿Qué países son más eróticos o tanáticos? Son eróticos los sajones: EE UU, Alemania, Suecia. Ellos pelean por el poder, destruyen todo, son activos, les importa poco el pasado, para ellos es más importante el presente o el futuro, sobre todo el presente. Son tanáticos los pueblos latinos.
Sigan buscando personajes tanáticos o eróticos. Les iba a pedir que no traten de estudiar a sus familiares o amigos, ya que estos parámetros no son muy estrictos ni muy científicos. Pero estoy seguro que ya lo hicieron. ¿O no? Para mí es más importante que los apliquen a sus personajes que para eso los anoté. A ellos si pueden hacerlos todo lo tanático o erótico que ustedes quieran.
¿Y cómo aplicar estos conocimientos en una obra teatral? Vean cómo lo han hecho algunos autores.
NORA.- Recién he llegado. (Se guarda el cucurucho de almendras en el bolsillo y se limpia la boca) Acércate, Torvaldo; mira las cosas que he comprado.
HELMER.- No me interrumpas. (Momento después abre la puerta y aparece con la pluma en la mano, observando en todas direcciones) ¿Comprado dices? ¿Todo eso? ¿Otra vez ha encontrado la niñita manera de gastar el dinero?
NORA.- Pero, ¡Torvaldo! Este año aún estamos en condiciones de hacer algunos gastos más. Es la primera Navidad en que no estamos obligados a andar con escasez.
HELMER.- Sí...Pero tampoco podemos despilfarrar.
NORA.- Un poco, Torvaldo, sólo un poquitín, ¿no? Ahora que vas a recibir un sueldo mayor, y que ganarás mucho, mucho dinero...
HELMER.- Sí, a partir del año próximo; pero tendrá que pasar un trimestre antes de recibir nada.
NORA.- ¿Y eso qué importa? Mientras, pedimos prestado.
HELMER.- ¡Nora! ¡Siempre con esa misma ligereza! Suponte que solicito prestados hoy mil coronas, que tú las gastas durante las pascuas de Navidad, que la víspera del año nuevo me cae una teja en la cabeza, y que...
NORA.- (Tapándose la boca con la mano) Cállate y no pienses en esas cosas.
HELMER.- Pero suponte que sucediera. ¿Y entonces?
NORA.- Si ocurriera tal cosa..., me daría igual tener deudas que no tenerlas.
HELMER.- ¿Y las personas que me hubieran facilitado el dinero?
NORA.- ¿Quién se acuerda de ellas? Son personas extrañas.
(CASA DE MUÑECAS, de E. Ibsen)
Repitan la lectura de los diálogos anteriores. Van a ver que cada vez que habla Nora lo hace de una manera erótica. Su marido lo hace tanáticamente. ¿Verdad que sí? Les voy a poner otro ejemplo de mujer erótica casada con un tanático. El autor es mexicano.
PIEDAD.- Están sonando las once. A ver... ¿qué es eso?
GELASIO.- (Mostrándole una hoja) Este es el certificado. No tienes idea qué trabajo me costó sacárselo.
PIEDAD.- ¿Cuánto le pagaste?
GELASIO.- No quiso nada. Me dijo que hasta que de veras se muriera papá, me diría cuánto.
PIEDAD.- ¡Ah, cómo serás...! ¿No ves que así querrá cobrarte más? Con eso de que ni nosotros sabemos cuándo deje de herencia, a la hora de cobrar, todos van a querer encajarse.
GELASIO.- Tal vez...Oye, he estado pensando y pensando en las consecuencias que nos puede traer esto.
PIEDAD.- ¿Y las ventajas, no cuentan? Piensa también en ellas. Al fin que a más tardar, tu padre se morirá hoy. Ya ves que ni puede respirar. Todo el tiempo con el ruido ese en la garganta. Y si se muere- como espero en Dios- esta noche, ya mañana lunes podemos ir al solar. ¡Todo está descuidado por culpa de su maldita agonía que no termina nunca!
GELASIO.- Pero es que...No, Piedad, no me parece bien que hagamos esto.
(LOS CUERVOS ESTÁN DE LUTO, de Hugo Argüelles)
En seguida un diálogo entre dos homosexuales. Estos normalmente son tanáticos ya que no pueden reproducir la vida.
ROLANDO.- Es que qué vas a hacer, no te vayas.
MANZANITA.- Si no me voy ahora ya no me voy. A qué me quedo. Que el Cuervo diga lo que quiera cuantas veces quiera, no me importa; ya me cansé de que me amenace, me choca, lo odio, lo aborrezco, no puedo estar a gusto en ninguna parte porque ahí ha de llegar; ya no me puedo aguantar, no tengo por qué. Yo esperaba que el Pabilo la chocara conmigo pero nunca va a querer; le hablé y como si nada, se cambió a carpintería para no estar conmigo en la parcela, no se sienta conmigo en el salón, ni sus cuentitos me quiere enseñar...y todo por este desgraciado.
(SANTA CATALINA, de Oscar Villegas)
Como Manzanita los tanáticos viven quejándose pero no hacen nada o hacen poco para remediar su situación. ¿Canciones tanáticas? Abran ustedes un cancionero mexicano y las encontrarán en cada hoja.
¡Qué lejos estoy del suelo donde he nacido:
inmensa nostalgia invade mi pensamiento,
y al verme tan solo y triste cual hoja al viento
quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento.
CANCIÓN MIXTECA, de José López Alavés)
Si viajamos más al sur de América:
Y triste el jibarito va,
pensando así, diciendo así, llorando así,
por el camino...
¡ Qué será de Borinquen, mi Dios querido,
que será de mis hijos y de mi hogar!
(LAMENTO BORINCANO, de Rafael Hernández)
Hasta llegar al Cono Sur:
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir
que es un soplo la vida;
que veinte años no es nada
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
(VOLVER, de Carlos Gardel)
Prácticamente todas las canciones rancheras de José Alfredo Jiménez son tanáticas:
Me cansé de rogarle, me cansé de decirle
que yo sin ella de pena muero;
ya no quiso escucharme
si sus labios se abrieron,
fue pa'decirme:
¡Ya no te quiero!
(ELLA)
En cambio la mayoría de las canciones de Agustín Lara son eróticas. Eróticas son FAROLITO, MUJER, VERACRUZ, sus canciones españolas y muchas más.
Mujer, mujer divina,
tienes el veneno que fascina en tu mirar,
Mujer alabastrina,
eres vibración de sonatina pasional.
Tienes el perfume de un naranjo en flor,
el altivo porte de una majestad,
Sabes de los filtros que hay en el amor,
tienes el hechizo de la liviandad.
La divina magia de un atardecer
y la maravilla de la inspiración.
Tienes en el ritmo de tu ser
todo el palpitar de una canción...
Eres la razón de mi existir: mujer.
(MUJER)
Otra canción erótica, esta sobre la ciudad de México:
Mi ciudad
es chinampa en un lago escondido,
es zenzontle
que busca a dónde hacer nido.
Rehilete
que engaña la vista al mirar.
Baila al son
del tequila y de su valentía,
es jinete que arriesga la vida
en un lienzo de fiesta y color.
(MI CIUDAD, de Guadalupe Trigo)
Podríamos, si tuviéramos todo el tiempo del mundo, seguir examinando canciones, poemas, obras de teatro, películas, personajes, costumbres. Ustedes lo pueden hacer, si no en este momento sí poco a poco. Hoy esta canción, mañana esa película, pasado mañana a Greta Garbo, el jueves la fiesta de los toros, el viernes el Día de Muertos. Se van a divertir y a aprender mucho.
Es importante saber que todos vivimos continuamente en conflicto por nuestro tanatismo que se opone a nuestro erotismo . Lo tanático frena a lo erótico, lo erótico derrota a lo tanático. Nuestro erotismo nos pide que nos acostemos con todas las mujeres del mundo; nuestro tanatismo nos dice que no es posible, que es peligroso, que nos podemos enfermar. Los personajes también tendrán este tipo de conflicto.
Para terminar con los personajes carácter nos falta el estudio de lo cerebral, lo cordial y lo visceral.
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